Son un molesto y antiestético problema que debe tratarse adecuadamente para evitar males mayores. Aparecen principalmente en la adolescencia y en las pieles grasas, aunque nadie está exento de ellos. Una adecuada higiene preventiva y unos productos idóneos podrán mantenerlos a raya. No intentes arrancarlos de cualquier manera en un momento de desesperación, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Los comedones abiertos, más conocidos como puntos negros son en realidad poros obstruidos por la presencia de un exceso de grasa junto a otros elementos como células muertas o incluso restos de maquillaje. Esa grasa, al entrar en contacto con el aire y tras un periodo de oxidación, adquiere su característico color negro y se solidifica taponando totalmente el poro.
El resultado es el temido punto negro que se agarra a la piel de forma que resulta muy difícil de eliminar sobre todo si pretendemos hacerlo con nuestros propios dedos y sin una adecuada preparación.
Al hablar de puntos negros no se puede generalizar. Hay que tener en cuenta que aparecen principalmente en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla), un área muy delicada del cutis en la que cualquier marca o cicatriz producida por una inadecuada extracción resultaría muy perjudicial.
En los casos más extremos (presencia excesiva de puntos o constante reaparición) puede ser necesaria la visita al dermatólogo o recurrir a algún tratamiento especializado realizado en un centro profesional de estética.
Mantener una higiene óptima del rostro es el mejor remedio preventivo para evitar la aparición de comedones.
Especialmente si tienes la piel grasa, lavar cada mañana la cara con un jabón neutro contribuirá a eliminar las células muertas y acondicionará la epidermis para recibir la correspondiente crema hidratante y nutritiva.
Para hacer desaparecer cualquier resto de maquillaje y polución será necesario repetir esta operación cada noche.
El complemento perfecto a este tratamiento preventivo es la aplicación semanal de alguna emulsión exfoliante. Las de textura granulada son las más adecuadas para eliminar los puntos negros superficiales, especialmente los que aparecen en la zona de la nariz.
También puedes utilizar las tiras adherentes que "arrancan" los comedones sin dañar la piel. En estos casos deberás seguir cuidadosamente las instrucciones del fabricante y aplicar una loción calmante tras su aplicación. Si los puntos negros persisten no debes insistir repitiendo la operación porque podrías causar inflaciones o pequeñas cicatrices.
En los casos más difíciles la consulta al dermatólogo resulta imprescindible. Será el especialista el que te recomiende alguna terapia más agresiva como la dermoabrasión, un peeling químico o la aplicación del láser facial.
Si estás decidida a eliminar los puntos negros con un tratamiento "casero" debes tener presente las siguientes indicaciones para evitar daños en tu piel:
Para limpiar a fondo la piel y eliminar los puntos negros, una vez por semana elabora una mascarilla mezclando un yogur natural con un chorrito de zumo de limón y apenas unas gotas de vinagre. Aplica en las zonas del rostro afectadas de puntos negros dejando actuar 30 minutos. Aclara con abundante agua tibia y seca suavemente la piel con una toalla limpia efectuando ligeros toques.
También te proponemos esta mascarilla, ideal para acabar con los poros obstruidos. Necesitas 100 gramos de queso fresco descremado, una cucharada de leche desnatada, el zumo de medio limón y una cucharadita de miel. Bate en la batidora todos los ingredientes y aplica la mezcla sobre la piel limpia mediante un ligero masaje. Deja actuar 15-20 minutos y retira con agua fría. Seca la piel con una toalla perfectamente limpia y mediante ligeros toques (sin restregar). Dejará tu piel limpia, fresca y relajada.
No es necesario invertir en costosos tratamientos para eliminar los puntos negros. Ficha estos dos trucos naturales para acabar con ellos:
Pon en práctica ambos trucos una vez por semana por la noche, antes de acostarte, y verás cómo tu cara pasa a ser ¡perfecta!