Piel grasa: los cuidados de belleza diarios que necesita

Descubre el ritual diario que piden a gritos los cutis grasos y empieza a disfrutar de tu nueva piel: libre de puntos negros, imperfecciones o granitos.

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Si tienes la piel grasa, estás de enhorabuena, tu rostro presentará arrugas de forma mucho más tardía y en menor cantidad que en un cutis seco, sin embargo, como no todo podían ser ventajas, los cutis grasos son propensos a padecer granitos, poros dilatados, imperfecciones o brillos indeseados, problemas que seguramente te resultan familiares.

Aprovéchate de las ventajas de tener la piel grasa y aprende a cuidarla para evitar esos molestos inconvenientes, manteniendo tu piel sana y atractiva.

Las causas

El exceso de sebo de los cutis grasos puede presentarse a causa de una gran variedad de factores: una alimentación inadecuada, basada en el consumo de grasas saturadas; por causas genéticas o hereditarias, desarreglos hormonales, estados de estrés, ansiedad, obesidad… Todos ellos desembocan en una piel grasa, fácilmente reconocible a simple vista por el aspecto poroso y brillante del cutis.

Un tipo de piel habitual, sobre todo, en adolescentes o en jóvenes menores de 30 años (al menos con mayor intensidad), ya que es durante estos años cuando el cuerpo humano experimenta más cambios a nivel hormonal, lo que hace que la piel se resienta mostrando alteraciones cutáneas. En todo caso, si no cuidamos correctamente el cutis durante este período, es muy probable que el exceso de grasa permanezca durante mucho más tiempo. Si bien es cierto que, con los años, el exceso de sebo se va normalizando y finalmente se concentra en la zona T del rostro -frente, nariz y barbilla–, de forma que resulta más fácil controlarlo. Salvo para los hombres, es muy posible que el problema perdure durante más tiempo, ya que la testosterona es una de las responsables de la hipersecreción sebácea, -de ahí que la piel masculina tenga más tendencia al exceso de sebo-, con lo cual cuesta más erradicar sus efectos.

Limpieza mañana y noche

Cuando te levantas la piel necesita una limpieza profunda que elimine las impurezas y secreciones que se han acumulado durante la noche. No olvides aplicar tónico después y una crema hidratante para pieles grasas que podrás combinar con un sérum específico contra las imperfecciones.

Antes de acostarte también debes limpiar tu piel en profundidad a fin de eliminar las toxinas, sebo y restos de maquillaje acumulados durante el día. Emplea un limpiador en gel o espuma insistiendo en la frente, aletas de la nariz y barbilla, zonas donde la producción de grasa es más activa. Aclara con agua tibia y finaliza con fría para cerrar los poros y ejercer un efecto tensor y matificante inmediato.

La hidratación, fundamental

Además de la limpieza, y en contra de lo que muchos creen, la piel grasa necesita hidratación. Es fundamental que utilicemos cremas que nos ayudarán a controlar los brillos, difuminar los poros y evitar los granos. “No hay que confundir el sebo o la grasa con la hidratación de la piel. Una piel grasa que está bien hidratada suele ser preciosa”, asegura Natalia Olmo, experta en cosmética natural, que apunta: “las pieles grasas deben hidratarse con productos específicos para ese tipo de dermis”.

¿Qué sucede cuando la piel no se hidrata adecuadamente? Pues que, para compensar la falta hídrica, produce más grasa. Cuando la piel está bien hidratada, se forma una capa protectora contra las agresiones externas como el sol, el viento, el frío o la contaminación, reduciendo así la necesidad de producir más sebo para cumplir con la importante función protectora.

En palabras de Olmo, la rutina ideal del cuidado de la piel, tanto si es grasa como si no, es la siguiente. “Dormir bien, eliminar el estrés, beber agua abundante y, cuando todo eso lo hemos cumplido, usar una buena hidratación por la mañana, nutrición por la noche y limpiarnos el rostro diariamente para evitar impurezas, suciedad que se acumula por la polución y retirar el maquillaje en caso de que lo hayamos utilizado”.

La hidratación es fundamental en cualquier tipo de piel, pero especialmente si hablamos de pieles grasas. Conviene optar por una crema no comedogénica y que incluya ingredientes como el aloe vera, que sirve para reducir la inflamación, las cicatrices y los signos del acné y tiene efectos muy hidratantes para la piel; y vitamina E, un poderoso antioxidante natural.

Peeling y mascarilla

Uno de los problemas más frecuentes de la piel grasa es la acumulación de puntos negros, pero puedes combatirlos eficazmente realizando un peeling (exfoliación) diario para limpiar los poros y eliminar la piel muerta, que contribuye a la aparición de impurezas. Mezclando 1/2 yogur natural con un poco de sal conseguirás una solución casera completamente natural y muy eficaz. Extiende por el rostro y masajea con movimientos circulares (evitando contorno de ojos y labios). Después, aclara con abundante agua.

Como complemento, resulta muy interesante utilizar una mascarilla semanal desincrustante y purificante. Prueba la clásica y económica mascarilla de arcilla verde, completamente natural y milagrosa para la piel grasa. La conseguirás en herbolarios, parafarmacias y establecimientos donde posean productos de cosmética natural.

También puedes apostar por mascarillas caseras a base de sustancias vegetales, tales como el pepino. Tritúralo en la batidora y aplica directamente en el rostro. Deja actuar unos 15 minutos y retira con agua tibia.

Ingredientes antigrasa ¡búscalos!

El ácido salicílico reduce los poros, mientras que el ácido oleanólico inhibe la producción de grasa. Busca estos elementos en tus cosméticos de tratamiento, siempre sin alcohol y libres de aceites (oil free).

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