En un gran número de hogares el símbolo entrañable que representa la Navidad es el famoso "abeto" o "árbol navideño".
Independientemente de que tu elección sea la de un árbol natural o artificial, te daremos las claves para lograr que éste, además de adaptarse a tus necesidades y espacio, sea armonioso y consiga ser la envidia de amigos y familiares.
En el caso de que dispongas de mucho espacio, decídete por un árbol frondoso. Si no, opta por alguno más pequeño de sobremesa o de tipo "alpino" (más estrechos y altos).
Además, ten en cuenta mantener una distancia prudencial con la pared para que puedas trabajar cómodamente en su decoración e iluminación.
El primer paso es colocar las luces, ya que así los cables quedarán ocultos gracias a los adornos posteriores.
Puedes optar por una iluminación blanca o multicolor:
Es importante que no falte un motivo central, como pueden ser los lazos, flores…
Posteriormente cuelga esferas (las tradicionales bolas), campanas… distribuye estos motivos a lo largo de toda la rama para darle una mayor dimensión al árbol.
No olvides el "espumillón" y las "guirnaldas", pues son claves para dar un aspecto terminado.
Finalmente para la copa del abeto busca alguna estrella, una corona, un ángel… que combine con el motivo central, y recuerda colocar un faldón o varios paquetes bajo el árbol.