El 73% de los españoles practica el sexo una vez a la semana y urge subir la media. Los beneficios de una vida sexual activa son numerosos y además, la falta de sexo es el motivo principal para ser infiel, sin embargo, no siempre se disfruta de la periodicidad deseada.
Entre otros motivos, la alimentación puede tener mucho que ver en la inapetencia sexual, especialmente las denominadas y peligrosas “dietas milagro”. La razón principal resulta de fácil deducción: el rápido y extenuante esfuerzo al que se somete a nuestro organismo con una pérdida de peso que, en muchos casos, ni siquiera es conveniente, nos deja exhaustos. Sin energía no hay sexo. El dolor de cabeza típico-tópico de los chistes sobre parejas se queda en un juego de niños al lado de los efectos perversos que sobre nuestra libido tiene esta acelerada desnutrición.
Además, la pérdida de peso descontrolada, el desequilibrio nutricional, como la ausencia absoluta de proteínas de una conocida y cuestionada dieta, por ejemplo, nos lleva a la tristeza, la depresión, a una bajada de endorfinas y serotonina y a la pérdida no regulada de estrógenos y testosterona, las hormonas que inciden en nuestra sexualidad.
La demonización de la grasa y su erradicación de algunas de estas dietas extremas, conduce a descensos radicales de los niveles de testosterona. Los hombres necesitan “grasa buena” para practicar el sexo. Además de estas advertencias, el experto en nutrición Ata Pouramini, desaconseja y recomienda determinados alimentos con el objeto de mantener una vida de pareja sana y activa:
• Los alimentos enemigos del sexo
El azúcar y la menta son nefastos para el sexo, dado que inhiben la testosterona. También los alimentos enlatados y los de alto índice proteico, como la carne roja, entre otros.
• Los alimentos amigos del sexo
Se recomienda un consumo moderado de carbohidratos, así como de chocolate, un gran elevador de la serotonina. Sí a las ostras, por ser ricas en zinc, al igual que otros mariscos. Y, finalmente, el aguacate, que fomenta la producción de estrógenos.
Algunas sustancias inciden negativamente en tu vida sexual, los antidepresivos, antihistamínicos e hipertensivos pueden reducir tus ganas de sexo y resecar además la vagina, lo que puede suponer un problema a la hora de mantener relaciones. La píldora anticonceptiva y aquellos fármacos que aumentan los niveles de prolactina también pueden producir estos efectos.
Además, el alcohol o el tabaco producen modificaciones hormonales que pueden reducir la sensibilidad en el clítoris, lo que disminuye tus sensaciones.