Cuando el sérum llegó al mercado de la cosmética, allá por los años 90, supuso toda una revolución en materia de belleza que no ha dejado de crecer y perfeccionarse para adecuarse a las necesidades de cada problema y tipo de piel. En la actualidad, el sérum es el producto estrella de las marcas cosméticas. Un néctar de alta capacidad de penetración en las capas más profundas de la piel que actúa de forma intensiva por su alta concentración de principios activos. Un tratamiento que ofrece resultados visibles en muy poco tiempo y que presenta una textura muy ligera, tipo suero, geloide, cristalina y fresca.
Sin embargo, como nos explica Claudia di Paolo, especialista en cosmética, pese a lo beneficioso que resulta en materia de belleza, suele ser el gran olvidado de las rutinas “beauty”, generalmente porque no se entiende bien para qué sirve el sérum, cuál elegir, cuándo y cómo se aplica.
Ficha todos los principales beneficios que aporta a tu piel este suero que numerosas mujeres ya han catalogado de "milagroso":
El sérum sirve para tratar condiciones específicas de la dermis, actuando directamente sobre el problema a tratar que puede ser de nutrición, luminosidad, firmeza, hidratación, exceso de sebo… Se puede emplear como una cura puntual de tres meses, por ejemplo, en verano y en invierno, a fin de darle un plus al cuidado de tu piel en los momentos en los que más lo necesita, aunque, por supuesto, puede utilizarse todo el año a fin de ofrecer a la tez un cuidado profundo permanente, ya que utilizar un sérum equivale a poner la piel en un estado más alto.
Todos los productos cosméticos cuentan con una edad a la que es recomendable comenzar. Un sérum se recomienda a partir de los 30 años, pues durante esta etapa comienzan a hacerse presentes los primeros signos del envejecimiento y se requieren productos específicos que actúen de forma más profunda y completa sobre la piel. El sérum antiedad o revitalizante es ideal para este momento, por ejemplo. No obstante, por su textura no grasa, las pieles más jóvenes que presentan un cutis con granitos o acné también pueden beneficiarse mucho de un sérum exfoliante con el que se logrará dar uniformidad a la piel, eliminar las imperfecciones y combatir marcas y cicatrices.
Muchas mujeres piensan que los sérums fueron inventados para las pieles maduras, pero nada más lejos de la realidad. Hay sérums que estimulan más la desaparición de arrugas o la regeneración de colágeno, pero aquellos que aportan una inyección de hidratación a nuestro rostro son fantásticos pasados los 20 años. Conforme vaya pasando el tiempo tendremos que adecuar el producto a las necesidades de nuestra piel: deshidratación, falta de luminosidad, primeras arrugas, falta de firmeza, falta de lípidos, etc.
“El paso del tiempo va requiriendo una serie de cuidados específicos. Generalmente, con 20 años la piel todavía no ha sufrido muchos cambios y suele estar muy sana. Lo único que necesitamos a esta edad es agua, sueño y protección solar”, dice el doctor Leo Cerrud, experto en medicina estética. Una buena opción es utilizar un sérum hidratante que cuente con ácido hialurónico entre los ingredientes de su composición. “Se recomienda emplear un limpiador adecuado a tu tipo de piel que te ayude a retirar las impurezas acumuladas durante el día y la noche y, posteriormente, un sérum que hidrate”.
“A partir de los 20-25, en función de factores externos como el estilo de vida, el lugar donde vivimos... la pérdida de colágeno y elastina comienza a ser mayor. A partir de esta edad deberíamos incluir cremas hidratantes ricas en alantoína, ácido hialurónico y polisacáridos de origen vegetal, que imitan el factor natural de hidratación”, señala el cosmetólogo Pedro Catalá.
“A esta edad la mayoría de las mujeres comienzan a observar falta de luminosidad en la piel. Esta ya no refleja transparencia porque va adquiriendo un tono apagado y fatigado”, asegura el doctor Cerrud. El proceso de oxidación que se produce con el paso del tiempo termina dañando las células de la piel y un sérum con vitamina C contiene L-ácido ascórbico que, con sus poderes antioxidantes, repara y regenera las células haciendo que la tez se vea más joven y saludable.
Si a los 20 sólo nos preocupaba la limpieza y la hidratación, a los 40 ya se hacen imprescindibles productos como un sérum e ingredientes como el retinol. El retinol es el activo cosmético de aplicación tópica con mayor número de estudios médicos y científicos que avalan su eficacia en la atenuación de los síntomas más comunes del envejecimiento cutáneo. “Beneficia el proceso de renovación celular, por lo que la piel muerta se va rápido y aparecen capas de piel nuevas más luminosas, también regula el proceso de queratinización para suavizar la tez...”, señala Catalá.
Se recomienda aplicar el sérum de tratamiento 2 veces al día, mañana y noche. Si vas a limpiar tu rostro sólo una vez, utilízalo por la noche, así garantizas que el producto actúe sobre la piel mientras duermes, potenciando sus efectos. Recuerda que la piel es un órgano en constante evolución que se regenera durante la noche mientras dormimos, ya que cuando descansamos, esta se calma e incluso se nutre, por ello, puestos a elegir, aplica los sérums hidratantes antes de acostarte.
En resumen, unas cuantas gotas de sérum aplicadas mañana y/o noche sobre la piel limpia y antes del tratamiento habitual, son suficientes para conseguir resultados sorprendentes.
Pese a su gran efectividad, debes tener claro que el sérum no sustituye a la crema facial hidratante o antiedad, ya que estos productos actúan en la capa más superficial de la piel mientras que el sérum lo hace en un nivel más profundo, sirviendo así como complemento en la rutina de belleza, pero no sustituyendo a ningún otro.
Además, los sérums son una opción inmejorable para cuidar la piel cuando llega el verano, pues su textura más ligera y la elevada concentración de activos permite adaptar la rutina de cuidado facial a las altas temperaturas.