Primero se elaborará la salsa poniendo a calentar un vasito de nata líquida en un cazo junto con un pedazo de queso roquefort (unos 150 gramos). Cocer a fuego lento sin dejar de remover hasta que la salsa engorde, los sabores se unifiquen y se consiga la consistencia deseada.
Cocinar en la plancha bien caliente con una gota de aceite de oliva los solomillos por ambos lados hasta que estén al punto deseado. Salarlos muy ligeramente una vez cocinados.
Servir los solomillos seminapados con la salsa de roquefort o bien disponerla en una salsera para que cada comensal se sirva la que desea.
Observaciones
4 personas
Variantes: Prueba a combinar esta salsa con otro tipo de carnes a la plancha, medallones de solomillo de cerdo, lomo de cerdo o incluso pechuga de pavo o pollo.