Limpiar el pollo y vaciarlo. Introducir en el interior la mitad de las frutas limpias y peladas. Salpimentar y regar el pollo con un chorro de vino blanco y un chorrito de aceite de oliva. Llevar al horno a 180º durante hora y media.
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva se saltea el resto de la fruta hasta que esté dorada.
Servir el pollo troceado en una fuente acompañado de la fruta y regado con el jugo.