Con mayor frecuencia que los hombres, las mujeres pueden sentir pesadez en las piernas, hinchazón y edemas, hormigueos y calambres, síntomas que delatan una deficiente circulación sanguínea y que suelen acentuarse en verano y en la fase menstrual. Se trata de un trastorno que además de comprometer la salud, puede llegar a suponer un problema estético (varices).
Pesadez, picor, calambres y fuertes dolores: si eso es lo que sientes en tus piernas día a día, está claro… ¡padeces de varices! Y es que este tipo de dolencia es más común de lo que nosotros pensamos. Alrededor del 40% de las mujeres sufren de varices y un 15% de los hombres también tienen los mismos síntomas.
Las venas varicosas son venas dilatadas en las que se acumula la sangre, que tiene dificultades para regresar al corazón debido a un fallo en las válvulas que regulan el flujo sanguíneo en el sistema venoso. Las más frecuentes son las varices en las piernas. Las venas varicosas afectan a gran parte de la población y son más frecuentes en las personas de más edad. Son más habituales en las mujeres que en los hombres. Las causas que las provocan son muchas, entre ellas factores hereditarios, el embarazo y los anticonceptivos.
Evitar tener varices no siempre es posible, pero saber qué las provoca puede ayudar a retrasarlas. Las dos causas más comunes de la aparición de varices en las piernas son la obesidad y el sedentarismo. La obesidad aumenta la demanda de riego sanguíneo en las piernas, y las venas no alcanzan a llevar a cabo con la celeridad requerida el regreso de la sangre al corazón. Cuando se permanece muchas horas sentado, se produce también una disminución del ritmo de circulación de la sangre a través de las venas.
Muchas horas de pie son igual o peor de malas que muchas horas sentado. Las personas que por su trabajo tienen que permanecer muchas horas sin sentarse, realizan poco ejercicio muscular en las piernas y el hecho de que éstas tengan que soportar durante largas horas todo el peso del cuerpo dificulta asimismo el regreso de la sangre al corazón, que, en este caso, fluye además en contra de la fuerza de gravedad.
Mantener los músculos de las piernas en movimiento es una forma de poner freno a la aparición de varices, además de contribuir a reducir las molestias que producen las ya existentes. Ello no siempre es fácil durante la jornada laboral, pero existen algunos ejercicios sencillos ideados precisamente para practicarlos durante el trabajo.
Así, aquellas personas que tienen que permanecer muchas horas sentadas o de pie, deben rotar los tobillos, ponerse de puntillas y tensar los músculos de las piernas con frecuencia para mantener activo el flujo sanguíneo.
En las ocupaciones en las que hay que estar sentado casi todo el tiempo, hay que intentar ponerse de pie y dar algunos pasos todas las veces que sea posible. Por el contrario, cuando se está de pie casi toda la jornada, hay que aprovechar las pausas para sentarse o, mejor incluso, poner un rato las piernas en alto.
Además de estos sencillos ejercicios en el trabajo, una buena dieta y la práctica habitual de un deporte ayudan a evitar las varices. El movimiento actúa sobre los músculos, que al activarse impulsan la circulación de la sangre.
Para tratar de mejorar y llegar a solventar el problema, es de vital importancia mejorar nuestros hábitos cotidianos, pero se puede recurrir a productos cosméticos específicos que aplicados de forma local atenuarán las molestias y aportarán ligereza y bienestar a las piernas.
Sustancias como los flavonoides, extracto de rusco o hiedra suelen formar parte de las cremas, geles o emulsiones indicadas a mejorar la insuficiencia venosa.
Se trata de comprimidos a base de extractos de plantas con las que puede percibirse una notable mejoría tras 1 mes de tratamiento como mínimo. Entre los más utilizados y efectivos, se encuentran la "Vitis Vinifera" (hoja de vid roja) y el "Castaño de Indias". El primero actúa fortaleciendo las paredes de las venas y favorece la circulación, además de que según últimos estudios conlleva una disminución del volumen de las piernas. El segundo produce un efecto antiinflamatorio y antiedematoso.
Otros suplementos a base de vitamina C y E resultan muy beneficiosos para prevenir futuras alteraciones venosas y alivian los síntomas.
También existen medicamentos que facilitan la circulación, pero su eficacia depende en gran medida de que se realice también algún ejercicio. Natación y bicicleta son excelentes para la circulación, así como correr o caminar. Se trata de adoptar el ejercicio más apropiado y practicarlo con regularidad.
Existen muchos tratamientos para las varices tanto para mejorar la apariencia física como para eliminar las molestias que ocasionan. Algunas se atreven a pasar por el quirófano para poner fin al problema mientras que otras optan por tratamientos más novedosos como el láser o la dermoabrasión que, a priori, son menos arriesgados. En las ocasiones en que las venas varicosas no representan un peligro grave para la salud, o cuando se persigue su eliminación sólo por razones estéticas, el método más empleado es la esclerosidad de las pequeñas venas o arañas vasculares. Consiste en inyectar en cada vena superficial con varices una sustancia que produce su inflamación a la que sigue la cicatrización o esclerosis, con lo que desaparece.
Aún así, no hay que dejar nunca de lado los remedios caseros, ya que si queremos, podemos paliar el dolor de las varices y evitar su progresión siguiendo una serie de consejos. A continuación, te ofrecemos 10 fórmulas fáciles y baratas para lucir unas piernas saludables sin gran sacrificio:
Ya tienes las claves para eliminar poco a poco esas varices que tanto te molestan. Ponte manos a la obra, el verano empieza ya y tus piernas están deseando lucir bronceadas con vestidos y faldas cortas. Ellas también tienen derecho a ir a la moda, ¡ayúdalas!