En esta época del año es fundamental adecuar el neceser de maquillaje a la nueva estación mediante la aplicación de productos con texturas ligeras y acabados naturales para conseguir un rostro rebosante de luz, radiante.
El maquillaje es una fórmula fácil, divertida y económica para cambiar de look. Y especialmente cuando las temperaturas suben, en primavera y verano, los colores recobran protagonismo para crear ilusión y esculpir el rostro con sutileza y buen gusto. Te damos todas las claves para conseguir un maquillaje primavera-verano perfecto:
Comencemos primero por la elección y aplicación de la base, esencial para que tu piel irradie frescura, uniformidad y juventud. Y es que, además de proteger la tez de los rayos ultravioletas y de la polución, el objetivo de todo maquillaje es disimular las imperfecciones e irregularidades, camuflar las ojeras y las manchas, e igualar la cara de manera homogénea y natural.
La principal diferencia entre un maquillaje de invierno y uno de primavera-verano, es la textura.
Con la llegada del buen tiempo y debido al efecto del calor, se produce una vasodilatación en la piel y se abren los poros, solicitando bases de maquillaje ligeras, frescas, libres de grasa y muy fluidas con textura nacarada, de forma que se fundan con el cutis al aplicarlas, huyendo del "efecto máscara". Si se siguen utilizando los maquillajes densos y cubrientes de la temporada invernal, pueden aparecer manchas y puntos negros.
Es por ello, que ha de utilizarse una buena base de maquillaje específica para primavera-verano con protección solar, pues se adaptan perfectamente a las necesidades de la piel en esta época. Son más estables al calor, tienen propiedades matificantes y presentan pigmentos reflectores y siliconas que aseguran una fijación óptima y duradera.
Para conseguir un resultado más natural y ligero, extiende la base de maquillaje desde el centro del rostro hacia fuera con ligeros golpecitos.
Charo Palomo, responsable de maquillaje para Michel Meyer, advierte que "el color siempre se debe de aplicar sobre una base de maquillaje. Lo ideal es depositar una pequeña cantidad de producto y trabajarlo con movimientos simétricos, desde la nariz hacia el exterior, hasta fundirse en el rostro como una segunda piel".
Las cremas hidratantes libres de grasa con color y protección solar son también una alternativa excelente para esta época.
La primera premisa es huir del exceso de maquillaje y lucir un aspecto lo más natural posible.
Tras la aplicación de la base, la clave de un maquillaje luminoso está en el buen uso de un iluminador, brillo en los labios y delicadas sombras para los ojos. No obstante, como comentaremos más adelante, la primavera y el verano nos permiten jugar con la intensidad de color para crear looks divertidos y enérgicos.
Es el cosmético imprescindible. En polvo, crema o aceite, una vez aplicado conseguirá un efecto luminoso y fresco en el rostro al instante. Aplícalo justo encima del pómulo, sobre el hueso de la ceja, en el entrecejo y sobre el tabique de la nariz. El cutis irradia luz.
Consigue una boca jugosa, fresca y sensual con el indispensable gloss y el brillo.
Si deseas potenciar más los labios, define su contorno con un perfilador utilizado con un trazo muy suave, lo justo para definir la boca sin remarcar en exceso, recuerda que se busca máxima naturalidad.
El rojo inglés, siempre sofisticado y sexy, esta temporada se convierte en el arma de seducción de la mujer, especialmente para la noche. Si se quiere estar a la última, se debe optar por perfilar los labios y remarcar el arco de Cupido. No dejará indiferente a nadie.
Las sombras de ojos son claves para subir párpado y además iluminar la expresión. Las tonalidades azules y verdes son los tonos más primaverales y veraniegos que aportarán más alegría y juventud a la expresión.
Esta fresca mirada alcanza su máximo esplendor cuando se aplica la máscara de pestañas. La novedad está en aquellas que incluyen en su fórmula activos de colágeno que crean un efecto de tensado y de volumen.
Los tonos tostados se esfuerzan por vestir, con ligeros y favorecedores destellos, a una piel desnuda, a la que aportan luz y brillo, además de un halo cálido y ligero. La gama de melocotones, mandarinas y rosas se encargan de ofrecer un saludable rubor sobre las mejillas. Descubre aquí qué color te favorece y cómo aplicarlo.
Los favoritos son los tonos rosas y lilas, siempre alegres y luminosos. La mayoría de los creadores artísticos han puesto de manifiesto que están de moda los colores fuertes, intensos y elegantes, para remarcar las facciones femeninas.
Llamativos y rotundos surgen los morados, violetas y fucsias. En mate o en brillo son de rabiosa actualidad. Aplicados sobre los párpados otorgan magnetismo, luminosidad y brillo a la mirada, mientras que sobre la boca pintan sensualidad. Su objetivo es potenciar el maquillaje estival de la mujer. Los expertos recomiendan utilizarlos con mesura y mejor a la puesta del sol.
El maquillador Thibault Vabre propone un maquillaje atrevido, que apueste por los contrastes. Para ello, echa mano de las sombras en tonos azules y verdes, que resultan perfectas para los días más calurosos, y completa el “look” con rosas, fresas, malvas, lilas y fucsias sobre la boca. ¡Ideal!
Elegir lo que mejor sienta es la opción más inteligente y lo que los expertos recomiendan. A veces lo más difícil del arte de maquillar es saber cómo organizar, combinar y escoger estos nuevos tonos.
Así, los maquilladores informan que los violetas, los verdes y los azules favorecen, tanto a las pieles blancas como a las morenas. Los fucsias y los cerezas resultan ideales para las rubias, mientras que los guindas y los frambuesas están destinados para las mujeres de pelo castaño. Con estas sencillas claves te asegurarás de no fallar.
Finalmente, para aquellas mujeres que renuncian a la tendencia de los colores, la firma Fendi aconseja "investigar con bases y sombras que se mimeticen al máximo con el color natural de la piel y combinarlas con labiales brillantes". El secreto de una boca jugosa y carnosa radica en el uso de un gloss que posea efecto de volumen, además de un brillo cálido que ayuden a conseguir unos labios listos para besar.
