Esta hortaliza, cultivada desde la antigüedad, resulta siempre una opción sabrosísima y muy sana. Su elevado porcentaje de agua y su escaso aporte calórico, la hacen compañera indispensable de aquellas personas que desean cuidar de su salud y su figura. Es fuente de fibra que, siendo en su mayoría celulosa, es saciante y favorece el adecuado tránsito intestinal. Posee pequeñas cantidades de antioxidantes y vitaminas A, B, C y E, además de ácido fólico, hierro y potasio. Las hojas exteriores, más verdes, son las que tienen mayor contenido en vitaminas y minerales.
La lechuga también aporta pequeñas cantidades de fitoesteroles, que ayudan a la reducción de los niveles de colesterol. Además, favorece la eliminación de líquidos por su efecto diurético, y ayuda a regular los niveles azúcar en sangre.
Además, sus propiedades sedantes ayudan a reducir la ansiedad y conciliar el sueño cuando es consumida en la cena. Entre sus propiedades menos conocidas está su capacidad como analgésico, ansiolítico moderado y efectos ligeramente afrodisíacos.
Actualmente existen una gran variedad de lechugas disponibles durante todo el año, con multitud de colores, formas, texturas y sabores, creando un universo de posibilidades en cocina. Se pueden disfrutar en ensalada, pero también como guarnición, ingrediente estrella de cremas, salteada, rellena o incluso cocida con legumbres y estofados.
Desde preparaciones más tradicionales hasta recetas más exóticas, las opciones son infinitas. La lechuga puede ser parte del relleno de un wrap de pollo con rodajas de tomate y salsa rosa o de un sándwich con atún y huevo duro. Una crema con cebolla, ajo, caldo de verduras, zumo de limón y unas hojas de lechuga es también deliciosa. Además, generalmente se piensa que la lechuga solo puede consumirse en crudo, pero lo cierto es que una forma muy sabrosa de consumir este vegetal es cocinarlo en el horno. Su elaboración es tan simple como poner las hojas de lechuga iceberg en una fuente para horno, salpimentarla y recubrirla con tomate frito casero y bechamel. Una vez esté cubierta con las salsas, añade un poco de queso y mete el plato en el horno hasta que el queso esté dorado, y listo, ¡disfruta de un plato novedoso y sorprendente!
Recuerda que antes de prepararla hay que limpiarla desechando siempre las hojas exteriores y lavando el resto una a una para asegurar que no queden restos de arenilla o impurezas. Después de secarlas bien estarán listas para prepararlas según marque tu receta favorita.
Descubrimos todas las variedades de lechugas existentes para que puedas disfrutar de ellas en una explosión de sabores, texturas y colores, creando una cocina saludable, sabrosa y más atractiva. Dado que cada tipo de lechuga es único, es importante conocer las características de cada variedad y elegir la más adecuada para cada momento:
De origen italiano, sus hojas rizadas recuerdan a la escarola. Su tonalidad rojiza amoratada, suave textura y sabor ligeramente amargo, aportan color y distinción a las ensaladas. Resulta exquisita combinada con tomates cherry, jamón de pato y un toque de hierbas aromáticas. Es ideal en tablas de queso o embutidos y para incluir en sandwiches vegetales. Su otra variedad, destaca por su coloración verde en la parte exterior y amarillenta en la interior, y es ideal para la preparación de múltiples ensaladas o combinar con otros tipos de lechuga.
Su sabor, dulce y suave, presenta unas hojas exteriores crujientes y de un precioso color verde oscuro, las cuales se vuelven más claras en el cogollo. Esta variedad es muy resistente al paso del tiempo. Combina con cualquier tipo de ensalada y como base para cualquier plato.
La escarola es la lechuga típica para los meses de invierno. En función de la variedad, sus hojas son lisas o rizadas y de color variable, entre verde y amarillo/blanco. Es una lechuga con sabor picante y amargo que viene muy bien con vinagres fuertes acompañando una carne asada.
Sus grandes hojas verdes redondeadas, poseen un sabor muy suave y una textura poco crujiente. Es perfecta para preparar ricas ensaladas con frutos secos, salmón o pollo.
Se trata de una variedad muy apreciada en Francia, mantecosa, suave, poco crujiente y con un gran cogollo de color verde. Una fórmula muy sabrosa es combinarla con unos dados de melón y queso feta. Trocadero, pepinos, alcaparras, tomates cherry y salmón ahumado son los ingredientes principales para una sencilla y nutritiva ensalada que aporta un sabor diferente gracias a la conjugación del salmón y las diferentes salsas (yogur y vinagreta balsámica).
Su denominación viene dada por su alta resistencia al frío. La forma redondeada del repollo la hace inconfundible. Sus hojas son grandes, verdes y muy crujientes, la cuales se aclaran de tono a medida se acerca al tronco. De sabor suave, es ideal para una gran variedad de platos, como burritos, sándwiches o hamburguesas, guarniciones, o como base de una ensalada.
Son lechuguitas de tallo pequeño que forman una cabeza similar a la col, de hojas tiernas y prietas. Los cogollos que destacan en esta variedad son los de Tudela.
Esta llamativa variedad acogollada, compacta, crujiente y con un sabor dulzón, posee unas hojas onduladas con tonalidades verdes, marrones y violetas. Por su sabor intenso y color, la hoja de roble es una de las variedades más apreciadas y da un toque muy elegante a cualquier plato. Ofrece al paladar una textura fresca, delicada y ligeramente crujiente, con un sabor muy suave, que combina muy bien con quesos y frutas.
Esta variedad se caracteriza porque posee en su parte superior un tono morado. Su corazón, presenta un color óxido.
Una variedad creada sobre la lechuga romana que posee un sabor más dulce y una textura muy crujiente.
Con la entrada de la primavera, el frío deja paso al buen tiempo, y una excelente opción para alimentarse en esta época del año son las ensaladas, platos ligeros y versátiles elaborados con alimentos frescos y saludables. Para ayudarnos a salir de las tradicionales recetas de ensaladas, el Chef Rodrigo de la Calle nos presenta una propuesta original elaborada con una base de verduras y la combinación de diferentes ingredientes que convierten a este plato en una apuesta nutritiva y apetitosa a la vista.
Se trata de una deliciosa ensalada con lechuga Batavia y zanahoria que, junto con el pollo y el huevo, alimentos con un alto contenido en proteínas, proporcionan la energía necesaria para afrontar las actividades del día a día. Todo ello, unido a una deliciosa salsa elaborada con aceite de oliva virgen extra, ajo y zumo de limón, tiene como resultado un plato atractivo y exquisito para cualquier paladar.
La lechuga Batavia es una variedad que se caracteriza principalmente por su llamativa estética, ya que sus originales hojas rizadas están unidas por la base con forma de ramo, presentando un nervio central carnoso y jugoso que permite separar cada hoja de manera sencilla. Además, su color cambia, dependiendo de la variedad, pudiendo presentarse un color más blanquecino en la base, mientras que las puntas pueden ser de color verde o rojizo.
En general, este tipo de lechuga es excelente para cualquier tipo de elaboración, ya que su sabor es más neutro que el de otras variedades de lechugas y destaca por su gran consistencia a la hora de cocinar cualquier plato.
Aquí tienes la receta paso a paso: