¿Sabías que existen alimentos que la ciencia ha demostrado pueden mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a alcanzar la felicidad? Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Felicidad, el 20 de marzo, Uber Eats se ha asociado con el chef experimental Jozef Youssef, editor asociado de la Revista Internacional de Gastronomía y Ciencia de Alimentos, para seleccionar 10 alimentos que mejoran el estado de ánimo. Y es que existe una correlación directa entre ciertos ingredientes y un mejor estado de ánimo, con diferentes elementos, incluyendo textura y color, que también producen efectos positivos y son capaces de hacernos más felices.
“Existe un claro vínculo científico entre la comida que ingerimos y nuestro estado de ánimo. Comúnmente se dice que la variedad es la sal de la vida, por lo que tener una dieta rica y variada nos ayuda a mantener una mente y un cuerpo felices”, comenta Jozef Youssef.
Los nutrientes que te sacarán una sonrisa y te harán sentir bien:
Come alimentos ricos en Omega 3 como el salmón, el atún, la caballa, el tofu y las nueces. No solo benefician directamente al cerebro, sino que también se han relacionado con la reducción de la depresión.
Moras, uvas, arándanos, naranjas, saúco y algunas verduras como berenjenas y aguacate, aceitunas, cebolla roja, higo, boniato, mango y maíz morado. Estos ingredientes son ricos en antocianinas, unos antioxidantes que ayudan a prevenir y reparar el estrés oxidativo.
Fresas.Los beneficios de las fresas por su capacidad antioxidante, han quedado ampliamente demostrados. Su riqueza en vitamina C ayuda a que las hormonas del estrés no sean demasiado abundantes en sangre. Además, esta vitamina favorece la absorción de hierro.
Los alimentos prebióticos como los espárragos, las alcachofas de Jerusalén, los plátanos, la avena, el trigo sin refinar, la raíz de achicoria o las legumbres, refuerzan las bacterias intestinales y sus funciones, lo que también está relacionado con la reducción de la depresión.
Los alimentos probióticos, que son ricos en bacterias intestinales, también son una gran incorporación para tu dieta. Contienen bacterias lácticas y enzimas que ayudan a digerir los alimentos, lo que a su vez puede reducir los trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión. Algunos ejemplos de “alimentos probióticos” son el yogur, el kéfir, el miso, la salsa de soja, el chucrut y los encurtidos.
La pasta. Se trata de un alimento rico en carbohidratos de absorción lenta. La pasta ayuda a mantener la glucosa en sangre en niveles óptimos, favoreciendo la sensación de felicidad.
Los alimentos ricos en triptófano como el chocolate, la avena, los dátiles secos, la leche, el yogurt, el requesón, la carne roja, los huevos, el pescado, el pollo, el sésamo, los garbanzos, las almendras, las semillas de girasol, las semillas de calabaza, el trigo sarraceno, la espirulina y los cacahuetes, son capaces de mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a alcanzar la felicidad.
Un vaso de leche templada con cacao. Cuando saboreamos un vaso de leche templada con un poco de cacao soluble, vienen a nuestra memoria momentos de felicidad de nuestra infancia. La teobromina del cacao y el triptófano de la leche estimulan la síntesis de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con la sensación de placer y felicidad.
La serotonina también se conoce como el neurotransmisor “feliz”. Los carbohidratos complejos son la mejor manera de incorporar alimentos que producen serotonina en tu dieta sin causar importantes picos de azúcar en sangre. Buenos ejemplos incluyen vegetales verdes, cereales integrales y alimentos elaborados a partir de ellos, como avena, pasta y panes integrales, vegetales con almidón como las patatas, boniatos, maíz y calabaza, frijoles, lentejas o guisantes.
Los 10 alimentos de la felicidad
Boniato: vibrante tanto en color como en sabor, es un delicioso almidón complejo, beneficioso para la producción de serotonina, también conocido como neurotransmisor de la felicidad.
Salmón: otro ingrediente de color vibrante, muy apreciado por su textura y sensación mantequillosa, es rico en ácidos grasos omega-3 que benefician al cerebro.
Kale: crujiente y terroso, el kale es otro almidón complejo que también es bueno para la producción de serotonina.
Plátano: brillante y con una gran sonrisa amarilla, los plátanos son ricos en antioxidantes, vitaminas y alimentos prebióticos que ayudan a la digestión, ¡y esto afecta el estado de ánimo! Rico en potasio, magnesio y carbohidratos, hace que controlemos mejor la ansiedad, ayudando a conciliar el sueño y equilibrando los nervios. No en vano es una de las frutas recomendadas para comenzar el día sin tensiones, como parte fundamental de un desayuno contra el estrés.
Arándanos: estas pequeñas bayas contienen antioxidantes especiales llamados flavonoides carotenoides y otros compuestos antioxidantes como vitamina A, C, E, selenio, zinc y fósforo.
Carne roja: una buena fuente de triptófano que es esencial en la producción de serotonina y proporciona una serie de nutrientes esenciales, como proteínas, zinc y vitamina B12. Además, las carne roja es rica en hierro. Tener los depósitos de hierro bajos puede ocasionarnos anemia y, por consiguiente, apatía y falta de energía. Es por ello que, el consumo de carne y alimentos ricos en hierro puede hacernos sentir más enérgicos, optimistas y felices.
Mango: con su piel del color de la luz del sol, suave al tacto y con un aroma dulce y embriagador, el mango está repleto de antioxidantes, vitaminas y minerales.
Chocolate: un tratamiento prebiótico y antioxidante conocido por sacar una sonrisa en la cara de la mayoría de las personas.
Nueces: casualmente con forma de cerebro, se sabe que las nueces son altamente beneficiosas. No solo están repletas de antioxidantes sino que también contienen otros compuestos neuroprotectores, como la vitamina E, el folato, la melatonina y las beneficiosas grasas Omega 3.
Kimchi (o chucrut): ardiente tanto en sabor como en color, el kimchi es un alimento prebiótico y las bacterias del ácido láctico formadas durante la fermentación del kimchi también pueden ayudar al cuerpo a acabar con los pesticidas.
El menú de la felicidad
Desayuno: el burrito es una de las sugerencias para el desayuno. Complétalo con una pita integral, huevos, salmón y espinacas.
Puedes construir tu propio menú utilizando los alimentos citados anteriormente, asegurándote de incluir uno que contenga alguno de los siguientes:
Triptófano
Omega 3
Serotonina
Puedes añadir avena, almendras, semillas de girasol y plátanos. Comida: una hamburguesa con pan de pita integral de sésamo puede ser una gran opción. Lo más recomendable es que las patatas fritas sean de boniato y que añadas un poco de kimchi a tu ensalada de col.
Puedes construir tu propio menú utilizando los alimentos citados anteriormente, asegurándote de incluir uno que contenga alguno de los siguientes:
Triptófano
Serotonina
Probiótico
Antioxidante
Una sugerencia alternativa serían los tacos de pescado en una tortilla de maíz servida con aguacate. Cena: para acabar el día con una sonrisa en la cara, te recomendamos un plato de pasta integral servido con calabaza, nueces, col rizada y queso azul. No temas a los carbohidratos, pueden ser reconfortantes y buenos para tu estado de ánimo, solo asegúrate de que sean integrales.
Puedes construir tu propio menú utilizando los alimentos citados anteriormente, asegurándote de incluir uno que contenga alguno de los siguientes:
Serotonina
Omega 3
Probiótico
También podrías optar por unos fideos de trigo integral con miso, salsa de soja, caballa o sardinas y un montón de verduras como espárragos.
Otras recomendaciones en tu dieta de la felicidad
Huye de lo frito, solo asegúrate de que sea dulce: la mayoría de la gente opta por la comida rápida para animarse, aunque también les deja perezosos. Las patatas fritas de boniato se toman como las de siempre pero son beneficiosas para la producción de serotonina. Una comida reconfortante con un toque de felicidad.
Carbohidratos complejos: los carbohidratos complejos son la mejor manera de incorporar alimentos que producen serotonina en su dieta sin aumentar la presión arterial. Ya no tienes que sentirte culpable por comer pan y pasta, pero que sean integrales.
El color es clave: la tonalidad y el aspecto de la comida puede tener un fuerte efecto en nuestro estado de ánimo. Los alimentos verdes nos calman mientras que los alimentos amarillos se asocian con la felicidad.
Aléjate de los snacks crujientes, pues existe un vínculo entre la comida reconfortante y las texturas suaves. Pero si no has tenido un buen día, aunque no es reconfortante, apuesta por alimentos crujientes y masticables, ya que están asociados con el alivio del estrés.
Seguir el plan mediterráneo y aprender a ser feliz
Cabe destacar que, aunque la elección de los alimentos es muy importante para ayudarnos a ser un poquito más felices, no es la única forma de alcanzar un estado de plenitud y bienestar. Errores dietéticos como el ayuno prolongado, o el seguimiento de dietas milagro, provoca cansancio y mal humor.
"No sirve de nada mejorar nuestra imagen corporal por unos meses, hipotecando nuestra salud, si estamos tristes y no aprendemos realmente a gestionar nuestra alimentación para tener un peso más correcto de cara al futuro", aconseja el nutricionista Álex Pérez. Es por ello que, alejándose de métodos drásticos para modificar nuestra conducta alimentaria, te recomendamos apostar por un estilo de vida saludable, que ayude no sólo a alcanzar el peso ideal sin pasar hambre, con salud y evitando el temido efecto rebote, sino que además, contribuya directamente a alcanzar un equilibrio físico y mental que te haga sentir más feliz. Estamos hablando, cómo no, de la dieta mediterránea, la llave de tu bienestar.
Con el objetivo de ser más felices, ficha además estos sencillos consejos que, sin darte cuenta te ayudarán a ver la vida con otros ojos, porque a ser feliz, también se aprende:
No te compliques! Haz más sencilla tu vida, con frecuencia solemos dar demasiada importancia a determinados aspectos de nuestro día a día que en realidad no la tienen, complicándonos la vida sin necesidad. ¡Disfruta de los pequeños momentos!
Ayuda a los demás. Como seres sociales deberíamos comportarnos como tal, ofreciendo ayuda a quien lo necesita. El sentimiento de bienestar y plenitud que puede hacerte sentir el hecho de haber contribuido a la felicidad de alguien, hará que tú también seas más feliz.
Conócete. Reconoce tus puntos débiles y potencia los fuertes. Sacar partido a lo que mejor sabemos hacer nos hará destacar y sentirnos bien.
¡Sé realista! Ante todo, plantéate objetivos reales en cualquier aspecto de tu vida. Se trata de ser realista sin por ello dejar de tener ambición y espíritu de superación.
Equilibra tu vida. Busca un equilibro entre trabajo, estudios, amigos, familia, pareja… y guarda siempre un espacio propio y personal. Conseguirás ser mucho más feliz.