En verano, las altas temperaturas hacen que busquemos alimentos frescos y ricos, con alto contenido en agua. La temporada estival es la preferida para el consumo de ensaladas que se completan con más ingredientes y se convierten muchas veces en plato único.
La base de casi todas las ensaladas son los diferentes tipos de lechuga. Se trata de un alimento que aporta al organismo muy pocas calorías, ideal si quieres mantener la línea. El alto porcentaje que contiene de agua -de 90 a 95%-, vitaminas y antioxidantes, la convierten en la base perfecta para los platos de verano.
No obstante, surgen gran cantidad de acompañamientos y alternativas para hacer atractivas las ensaladas. Añadirles fruta, pasta, algún tipo de carne o dejarse seducir por las más exóticas es una apuesta en firme por la salud, el bienestar y el paladar, en la época más calurosa del año.
No te engañes, clásica no quiere decir aburrida. A la socorrida ensalada de lechuga, tomate y cebolla se pueden añadir infinidad de alimentos para hacerla más apetitosa.
Una propuesta clásica y muy apetitosa es la ensalada de tomate con espárragos y anchoas.
El tomate es un alimento poco calórico, con un gran contenido en agua, y supone una importante fuente de fibra, potasio y vitamina E, un conocido antioxidante, o la vitamina A, esencial para la visión, el cabello, los huesos y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Los espárragos por su parte tampoco tienen un gran aporte calórico y es una de las hortalizas más ricas en proteínas entre otros muchos nutrientes beneficiosos para el organismo.
Otra propuesta es la sana ensalada de endivias con atún. Además de estos dos ingredientes, lleva lechuga escarola, aceitunas y pepinillos en vinagre.
Este plato facilita la producción de glóbulos rojos y el refuerzo del sistema inmunológico, además contribuye al organismo con las grasas omega 3 del atún a controlar los niveles de colesterol, resulta de fácil digestión y actúa como diurético y depurativo.
Sentarse en la mesa y degustar una de estas ensaladas se convierte en un placer para los sentidos, la vista abre el apetito y el paladar lo sacia. La emoción de lo nuevo y la experimentación se abrirá paso en la mesa.
Un estallido de sensaciones en el paladar es en lo que se convierte esta primera receta al probarla, una fresca y sofisticada ensalada de setas, ajetes tiernos, y salmón bajo una lluvia de vinagreta de pistachos. Esta variedad de alimentos sacan a las diferentes lechugas que los acompañan de la monotonía culinaria.
La ensalada de arroz con piña trasladará a quienes la prueben a lejanos parajes de Tailandia. El frescor de la lechuga y del arroz frío se suma la dulzura de la piña, el maíz y las gambas. Un sabor exótico que se culmina con un aliño de vinagre balsámico caramelizado.
Mezclar el particular sabor del mango, que se cree originario del norte de la India, con el exquisito sabor ibérico del jamón serrano español es una muestra del éxito de la experimentación con sabores. La confluencia de aromas coincide con la de beneficios para la salud.
Escarola rizada, achicoria roja, canónigos, rúcula, queso mozzarella, mango y jamón serrano hacen de esta ensalada, aliñada con aceite de oliva y limón, un plato completo y apetecible con el que seducir en la mesa.
Champiñones, bacón, y queso de oveja acompañan a lechugas variadas -pudiendo incluir también espinacas verdes-, en una ensalada tan poco habitual como rica en sabor y propiedades.
Las espinacas, perfectas si estás a dieta por la sensación de saciedad que dejan tras su ingesta, casan perfectamente con el gusto fuerte y con carácter del queso de oveja y el bacón. Todo ello cubierto con champiñones y una vinagreta a base de aceite, vinagre de manzana y cacahuetes.
Las ensaladas están presentes en cada país, mezclando de manera única con productos autóctonos, aquellos más comunes a todas las culturas.
En los países árabes donde el calor es una constante han exportado a la gastronomía mundial numerosos platos, como el refrescante Tabulé.
Este plato está hecho a base de taquitos de tomate, perejil fresco y hierbabuena con crujiente cebolla cruda, cortada en trozos más pequeños que el tomate, y cuscús. Todo ello se baña en aceite de oliva, y abundante zumo de limón. Es un plato refrescante con un sabor único, proporcionado por la mezcla del perejil y la hierbabuena. Un acompañante ideal para otros platos árabes como el humus (puré de garbanzos especiado), warek (hojas de parra rellenas de arroz y carne) o tajín de pollo, o plato único en la cena.
La típica ensalada norteamericana, lejos de la imagen de las hamburguesas y los perritos calientes, es la "Waldorf", que según dicen, obtuvo su nombre por el lugar donde fue creada, el Hotel Waldorf Astoria, de Nueva York.
Sus componentes principales son el apio, la manzana y la mayonesa, que podemos ver acompañados por pera, perejil, y nueces, una combinación que da como resultado un sabor agridulce, perfecto para los días de calor.
Por último, las islas griegas, inmersas en la más antigua cultura mediterránea, ponen sobre la mesa la "Horiatiki", una deliciosa ensalada a base de cebolla, pepino, tomate, pimiento, rábanos, aceitunas negras y queso feta. El broche a esta ensalada lo pone el sano aceite de oliva y el orégano seco.
Es necesario huir de la simplicidad pero no de la sencillez en el mundo de las ensaladas, buscar nuevas combinaciones y poner en práctica originales y exóticas recetas, sacará a este plato de su rol de entrante, y lo convertirá en un rico y sano plato único.
En Francia los mejores chefs elaboran la ensalada niçoise, rica en proteínas y vegetales, favorita de los paladares gourmet. Además, su preparación es fácil, aunque encontrar los ingredientes requeridos puede llevar un poco más de tiempo. Se puede tomar como entrante o como plato principal. Esta ensalada puede convertirse en una delicatessen de alta cocina si sigues los siguientes pasos:
Otra ensalada entre las que más éxito cosechan en los restaurantes de moda es la asiática ensalada de gambones, es muy sencilla y cuenta con la ventaja de que se pueden utilizar gambas congeladas. Además, está muy de moda por la expansión de la comida wok.
Los amantes del curry se convertirán en adictos de esta refrescante y exótica ensalada, que además es muy baja en calorías y por lo tanto ideal para cuidar la silueta.
Ensaladas hay tantas como ingredientes por lo que elegir se hace muy difícil, pero sin duda los italianos saben mucho de este modo de presentar los alimentos y proponen desde su gastronomía la ensalada caliente de hortalizas con queso de cabra y salsa pesto.
Procura que tu ensalada sea tan variada como puedas, eso significa llenar tu plato de colores distintos que aportarán un abanico de nutrientes, vitaminas, minerales y antioxidantes que no obtendrías con la tradicional ensalada de tomate y lechuga.
Añade pepino, cebolla, maíz, rabanitos, pimientos de distintos colores cortados en dados, apio, perejil, zanahoria, brotes de soja, canónigos, distintas variedades de lechuga… ¡Todo vale!
Si quieres que una ensalada te sirva como plato único, añade proteínas de calidad a una base de hortalizas frescas. Huevo cocido, pavo, pollo, atún, gambas o langostinos cocidos, atún, queso fresco, jamón curado, tofu, legumbres cocidas, pasta cocida al dente…
Olvídate de las salsas a base de mayonesa o nata. El aceite de oliva virgen con un buen chorro de zumo de limón o un toque de vinagre balsámico será el aliño perfecto de una sana ensalada.
Si buscas un aliño más cremoso que sea a la vez sano y ligero, prepara una salsa con un yogur natural descremado al que puedes añadir un poco de mostaza y pimienta, ¡0% grasa! También puedes mezclar el yogur con abundante menta fresca picada, un chorrito de miel y una pizca de sal, ¡ultra refrescante!