Escoger unas sardinas grandes. Se usarán para el plato sin cabeza, limpias de tripas y espinas, dejándolas abiertas, en forma de abanico.
Se pican muy menudo los pimientos y las cebollas.
El tomate se escalda en agua hirviendo un par de minutos y luego se le retira la piel quitando también las pepitas. Picarlos en daditos y mezclar en un bol junto con el picadillo de pimientos y cebollas.
En una cazuela de barro se añaden como 2 cucharadas de aceite de oliva, después se agrega un puñado de picadillo de verduras y se extiende bien por todo el fondo, encima se pone una tanda de sardinas abiertas, se cubren con otra de verduras picadas y así sucesivamente hasta terminar con una tanda de picadillo.
Rociar con un buen chorro de aceite de oliva.
Picar el diente de ajo y una rama de perejil y espolvorearlo.
Cubrir la cazuela (tapadera o un plato boca abajo...) para que no se salga el vapor y dejar cocer lentamente aproximadamente 2 horas.
Transcurrido ese tiempo se destapa la cazuela y si queda algo de líquido pues se deja cocer un poco más hasta que no quede más que su propia grasa.