Escoger la zona del centro del bacalao y ponerlo a remojo en agua la víspera. Cambiarle el agua varias veces al día.
Al día siguiente se hacen tiras finas y se colocan en un bol. Salar ligeramente y rociar con zumo de limón. Reservar.
En un recipiente se pone la harina formando en el centro un hueco donde se añade un poco de sal, la levadura prensada, las dos cucharadas de aceite de oliva y el agua fría. Mezclar bien hasta obtener una preparación homogénea. Tapar el recipiente y dejar en sitio templado hasta advertir que la pasta aumentó su volumen.
En ese punto se bañan las tiras de bacalao en la pasta y se fríen hasta dorar, en una sartén con abundante aceite de oliva caliente.
Servir los soldaditos en una fuente sobre servilleta y decorados con una rama de perejil fresco.
Observaciones
6 personas
Receta típica madrileña.
Un bocado delicioso que resulta excelente como tapa.