Desalar el bacalao durante 24 horas poniéndolo a remojo en agua y cambiándola 3-4 veces en ese tiempo.
En un bol se pone la harina con la levadura, el orégano, la yema de huevo y el agua bien fría. Mezclar hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Salpimentar y guardar en la nevera hasta que se vaya a utilizar.
Una vez el bacalao desalado se escurre y se seca con papel absorbente. Trocearlo y bañar en la tempura.
Calentar abundante aceite de oliva en una sartén y freír los trozos de pescado en tandas.
Sacar con una espumadera cuando estén dorados y colocar sobre papel de cocina para que eliminen el exceso de grasa.
Servir enseguida acompañado de alioli o mayonesa en salseras.