22 consejos para ser más feliz en Navidad ¡escapa de la tristeza!

¿Se puede ser feliz en Navidad? Te damos las claves para sortear la tristeza, la melancolía, el aumento de los síntomas depresivos y las disputas familiares. Con estos 22 consejos conseguirás ser más feliz y afrontar las fiestas en positivo.

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Como cada año en Navidad comeremos lo mejor y en abundancia como si no hubiera un mañana, brindaremos y recibiremos amigos y familiares… Llegan los mayores dispendios económicos del año, días en los que la inversión material y afectiva se dispara, días en los que todo debería ser perfecto, sin embargo ¿eres feliz? ¿lo disfrutas?

Aunque las Navidades deban ser un momento bonito, lo cierto es que muchas personas las odian, tanto que incluso viajan a otros países donde el ambiente de luces, árboles y belenes queda diluido en un entorno de sol y playa. Ponen miles de kilómetros de distancia entre ellos, su familia, la cena de Nochebuena y los regalos. Son los denominados "haters" de la Navidad, aquellos a quienes estos días en los que se celebra la Felicidad les hacen verdaderamente infelices.

Para muchos, la Navidad puede traer emociones negativas, añoranza, estrés y malos recuerdos. Como con cuenta la psicóloga Pilar Conde, estas fechas nos hacen cuestionarnos los aspectos más importantes de nuestra vida: la familia, el amor, nuestra trayectoria vital, la felicidad en general. Si estos aspectos, explica, no están cubiertos, o no se saben potenciar, se toma conciencia de lo que "debería sentir y no siento", llevándonos a emociones negativas.

Ni las vacaciones, ni los regalos ni las mesas repletas de los mejores menús consiguen a veces subirnos el bajo tono vital que se apodera de nosotros en cuanto encienden la tradicional iluminación navideña.
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Cuando alguien falta a la mesa

La familia es el epicentro de la celebración y que falte alguien en la mesa, sobre todo si la ausencia es reciente, suele ser un motivo de pesar, tristeza y a veces de gran dolor.

De un lado nos provoca emociones negativas no poder cumplir con el rito de la felicidad que supone esta reunión en la que se celebra la familia, y, por el otro, se tiene miedo a faltar el respeto a los ausentes con fiestas o celebraciones alegres. La experta considera que una manera de amortiguar el malestar ante la pérdida de nuestros seres queridos sería homenajearles en estos días: "disfrutar de la compañía de nuestros familiares, e incluso reírnos, nos permitirían afrontar de manera más positiva estos días. También hay que permitirse llorar por los que no están, pero no aislarnos, sino una vez pasado este momento, intentar disfrutar de la compañía y de la celebración".

La ausencia de los seres queridos es uno de los motivos principales, pero también debemos achacar esa melancolía a otros factores externos que coinciden con estas fechas. El primero, explica la psicóloga, es el cambio de hora, que al acortar el periodo de luz ,modifica el funcionamiento de los neurotransmisores implicados en la depresión. "A su vez – añade – la disminución de luz y el frío hace que las personas reduzcamos nuestro nivel de actividades y las interacciones sociales, lo que tiene un impacto negativo directo en nuestra química cerebral y en nuestro estado de ánimo".
 
La terapeuta matiza que, por supuesto, depende de cada situación individual, de la época de la vida por la que se atraviese, y prefiere hablar de emociones y actitudes asociadas a la depresión que de un episodio al uso diagnosticado como tal. No es que niegue la famosa "depresión navideña", que muchos ya consideran un mito, sino que aclara que ciertos aspectos asociados con la Navidad agudizan el malestar de muchas personas. Por ejemplo, asegura que "el obligarse a realizar ciertas actividades es una arma de doble filo. Por un lado, la persona que tiene depresión, no va a tener ganas de hacer actividades y de asistir a eventos sociales. Si no se fuerza, esto puede conllevar a reforzar todavía más su malestar. Sin embargo, un exceso de actividades también puede ser contraproducente."
 
Conde añade como otro motivo básico desencadenante unas expectativas elevadas de felicidad y diversión, que nos pueden conducir, al no lograr los objetivos, a la frustración y sensación de incompetencia. A veces se llega a pensar que por ser Navidad, la famosa magia va a resolver nuestros problemas.
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Atentos a los síntomas

La experta explica que el bienestar personal es un objetivo a lograr durante todo el año, no sólo en las fechas señaladas. Por lo tanto, debemos estar alerta, en Navidad o en cualquier otra época a los siguientes síntomas que apuntan a estados depresivos:
  • Pérdida de apetito
  • Problemas de sueño
  • Nos cuesta esfuerzo salir con nuestra familia y/o amigos
  • Dejamos de realizar alguna actividad de ocio
  • No llegamos a disfrutar con las actividades que realizamos habitualmente
  • Empezamos a tener pensamientos más pesimistas y/o catastrofistas
  • Nos encontramos más irritables
  • Presentamos más llanto del habitual
En cuanto a la receta, si algo hay personalizado es la salud mental. Lo aconsejable y bueno para unos es susceptible de empeorar a otros. Así, mientras que para unos lo prudente será abandonar el entorno familiar y cambiar de aires, salir de viaje, para otros es imprescindible que la familia se encuentre alrededor como factor de protección.

No a las polémicas familiares de siempre

Otro factor que hace temer a muchos la Navidad son las disputas familiares. La recomendación en este caso es sentarse a la mesa con una actitud conciliadora e ignorar cualquier intento de polémica. Hay que acudir a estos eventos como si no hubiera existido problema anterior alguno. Solo así se podrá disfrutar de la fiesta.
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Los consejos para ser felices en familia, a la mesa y en Navidad

Para no atragantarnos con la comida, poder sobrellevar en paz las Navidades y tratar de ser feliz en esta época del año aunque tengas muy poquitas ganas de fiesta, recopilamos los mejores consejos, pautas de comportamiento y rutinas que nos ayudarán a pasar los días festivos de la mejor manera:
  1. Sé amable con todos, especialmente contigo mismo. En lugar de ignorarte y criticarte, sé bondadoso también contigo mismo, cuídate y busca aquello que puede hacerte sentir mejor.
  2. Sé detallista. Quiérete, pero quiere también a los demás. La vida es como un boomerang y todo lo que das, se devuelve. Una simple nota escrita a mano a un compañero o a un familiar un día cualquiera es un detalle que hará que la persona se sienta querida y agradecida por tu parte.
  3. Retoma tus hobbies. Estos días de más tiempo libre, pueden ser un momento perfecto para hacer algo que hace tiempo dejamos abandonado: escribir en un diario, escuchar a nuestro grupo favorito, leer aquella obra que abandonamos a medias… lo que sea, siempre que lo hagamos con ilusión y ganas.
  4. Realiza actividades placenteras y/o deportivas que sueles hacer en tu día a día y procura mantener los ritmos habituales de sueño y alimentación en la medida de lo posible.
  5. Pasea. Pasear durante media hora prestando atención a los sonidos, a la luz que nos envuelve, a todas las sensaciones del cuerpo, puede resultar una auténtica meditación en movimiento.
  6. Respira. El ancla del bienestar es la respiración, lo más sencillo para relajarse y encontrarse con uno mismo, no necesitas nada, sólo concentrarte en ella unos minutos.
  7. Medita. Dedica unos minutos a la meditación cada día. Siéntate en un lugar silencioso. Cierra los ojos y enfócate en ti mismo. Para detectar tensiones puedes "escanear" tu cuerpo, con ojos cerrados, concentrándote en cada parte del cuerpo una por una y realmente sentirlas.
  8. Menos comprar y más disfrutar. Sé curiosa sobre la vida y lo que la rodea, prueba cosas nuevas, escucha plenamente a los demás. Busca activamente el humor y lo que te haga reír.
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  10. Disfruta de los sabores de los alimentos de esos días, de la decoración navideña. Busca lo positivo, lo bueno, lo bonito.
  11. Establece un horario para las vacaciones, que presente actividades sociales, personales y familiares.
  12. Planifica con antelación aquellos aspectos que precisen preparación, tales como los regalos o las comidas. No dejes las preparaciones para los últimos días.
  13. La familia, si breve, dos veces buena. Las visitas están permitidas, pero si son cortitas, mejor para la convivencia familiar.
  14. Evita hablar de emociones y eventos que te generan malestar en los eventos familiares, centrándote en las conversaciones que tienen otras personas, intentando interesarte por ellos. Así evitarás evaluar cómo te encuentras y manifestar a los demás todo el malestar.
  15. No entres en conflicto, cuando veas que algún familiar intenta generar polémica, no le sigas el juego.
  16. Evita sacar temas polémicos como la política, y si la tensión crece, sal a tomar el aire o aprovecha para ir al baño.
  17. Si sabes que con ciertas personas es fácil "perder el control", cuidado con el alcohol y la cafeína tan presentes en estas fechas. Son falsos amigos y potentes disparadores de la ansiedad, prueba a sustituirlos por descafeinados y sucedáneos, mantendrás el hábito placentero y te librarás del enorme estrés que generan.
  18. Antes de ir a esas comidas y cenas difíciles, piensa qué es lo que puede ir mal y cómo quieres gestionarlo, para no acabar en conflicto.
  19. Permítete ciertos momentos de alegría, el que sonrías, o te rías no quiere decir que no eches de menos a tus seres queridos.
  20. Evita las comparaciones. La envidia es un sentimiento que ocurre especialmente con las personas más cercanas… Aprende a quererte tal y como eres. Igual que los demás, tus defectos y virtudes son únicos y no puedes (ni debes) copiar a nadie más.
  21. Agradece de corazón. Dar las gracias no es lo mismo que agradecer, son términos relativamente parecidos pero tienen distintos enfoques. Profundiza en lo que hizo esa persona por ti y haz que no se sienta uno más. Agradecer te liberará.
  22. Deja los móviles aparcados, disfruta del momento presente y de las personas con las que te encuentras. Vive el aquí y ahora, aprovechando lo bueno que nos aporta el momento.
  23. Descansa, pero sin pasividad. No dejes que los días de vacaciones te pasen por encima ¡los has esperado todo el año!
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