¿Alguna vez te has preguntado por qué determinados productos no provocan el efecto deseado en tu melena? Una de las principales causas suele ser que no los aplicamos correctamente. Y es que, aunque el ritual de lavar el cabello suele estar bastante claro, a veces cometemos pequeños “errores” que impiden que cuidemos de nuestra melena correctamente.
Pues bien, Valeria Costa, experta en recuperación capilar, nos explica cuál es el orden ideal de cada uno de los productos de higiene y cuidado del pelo y por qué se debe hacer así:
Bajo la ducha
Champú. Su principal función es limpiar el cuero cabelludo, por lo que a la hora de comprar un producto u otro debemos basar nuestra elección en este dato. Basta con aplicar poca cantidad y no se debe frotar la melena porque la espuma que se genera durante el lavado es suficiente para eliminar los residuos. Otro aspecto importante es que los champús con un pH por encima de 7 son los más agresivos por su formulación con jabón y detergentes. Los de pH 7 son neutros y respetan el cuero cabelludo. Y los menores de 7 son ácidos y por lo tanto son los más suaves para el pelo porque no abren la cutícula. Un pH entre 4 y 7 es una buena elección para el cuidado y la salud del cabello.
Acondicionador. El champú abre la cutícula para limpiar y el acondicionador la sella tras el lavado. Este es el orden correcto porque los productos acondicionadores protegen la hebra para que no se vuelva porosa y evitar usarlos implica dañar el pelo a largo plazo. Es importante destacar que las mascarillas no tienen esta función.
Al salir de la ducha
Crema de peinar. Su principal cometido es proteger el cabello de las agresiones externas como la contaminación o los rayos ultravioletas. Además, sirve también para disciplinar el cabello y mantenerlo desenredado todo el día. Tras retirar la humedad con una toalla, aplica una nuez de crema de peinar o spray acondicionador bifásico porque el pelo mojado es muy frágil y este producto ayuda a evitar su rotura. Es un producto especialmente interesante para los cabellos rizados u ondulados porque aporta suavidad y sobre todo hidratación al rizo, que tanto necesita. Lo ideal es que nuestra crema de peinar contenga protector térmico pero si no es así, y se van a utilizar aparatos de calor, usa previamente un spray de protección.
Sérum. Para finalizar, y cuando el cabello esté completamente seco, aplica "una gota" de sérum en las puntas para protegerlas porque su fórmula súper concentrada nutre, suaviza y aporta brillo, además de crear una película protectora que mantiene a salvo tu pelo de agresiones externas como el viento o el sol. Están especialmente indicados para cabellos foscos que tienden a encresparse con facilidad.
Cuidados complementarios
Mascarilla. Al contrario de lo que mucha gente piensa este producto no debe aplicarse bajo la ducha porque el cabello mojado sencillamente no absorbe los ingredientes de una mascarilla. Lo ideal es realizar una vez a la semanauna hidratación casera de al menos 30 minutos para que el pelo pueda tener tiempo de absorber bien todos los ingredientes. Es fundamental identificar si nuestra melena necesita una mascarilla hidratante, nutritiva o reparadora para proporcionarle el “alimento” adecuado, de lo contrario podemos provocar un exceso de grasa, opacidad, saturación en la hebra, entre otros “desastres”. Una vez a la semana aplica una mascarilla, envuelve el cabello en una toalla y deja reposar 30 minutos para que penetren bien todos los nutrientes. Las únicas que pueden aplicarse cada semana son las hidratantes porque aportan agua. La nutritivas aportan lípidos y se recomiendan cada quince días.
Aceites esenciales. Al igual que las mascarillas, los aceites esenciales son una buena opción para dar a nuestro cabello una dosis extra de cuidados de manera natural. Se aplican en seco y algunos pueden usarse por todo el cabello, incluyendo el cuero cabelludo, como el aceite de coco, jojoba o argán. Existen muchos tipos y cada uno sirve para tratar un problema específico como la grasa, la caspa, la caída, la sequedad, el crecimiento, etc. Usa el tuyo una vez cada quince días y déjalo reposar un par de horas antes de aclarar. Al cabo de un tiempo notarás grandes resultados.
