Fundir 5 cucharadas de margarina en un cazo y añadir a 25 galletas maría machacadas. Mezclar bien e incorporar un poquito de leche para evitar que la pasta quede demasiado espesa.
Verter en un molde de tarta desmontable alisando bien la superficie. Llevar al congelador 30 minutos.
Mientras tanto se pone a hervir el zumo de los dos limones y se diluye en él el sobre de gelatina.
Seguidamente se vierte la mezcla en un bol y se mezcla con el requesón, el yogur, el azúcar y una pizca de ralladura de limón.
Triturar todo con la batidora hasta obtener una mezcla homogénea.
Transcurridos los 30 minutos de asentado de la base se saca el molde y se vierte la crema encima.
Llevar a la nevera hasta cuajar.
Desmoldar y decorar con unas hojitas de menta fresca.