Poner a hervir la leche con la rama de canela y un trozo de piel de limón (sin la parte blanca). Después, colar la leche.
Derretir la mantequilla a fuego suave. Añadir 5 cucharadas de harina y remover. Seguidamente incorporar el azúcar sin dejar de remover y finalmente la leche.
Cocer a fuego lento removiendo constantemente con las varillas, evitando que la pasta se pegue al fondo del cazo.
Cuando arranque el hervor se retira del fuego, se deja templar un poco y se añaden entonces 4 yemas de huevo batiendo enérgicamente.
Verter la masa sobre una placa engrasada con un poco de aceite de forma que la plancha de masa quede con un grosor de 2 centímetros. Dejar enfriar completamente.
Una vez fría la masa y solidificada, se corta en trozos al gusto y se pasa primero por harina y después por clara de huevo batida. Freír en una sartén con abundante aceite de oliva hasta dorar.
Sacar la leche frita escurriendo bien y disponer sobre una fuente.
Servir espolvoreada con azúcar y canela en polvo.
Observaciones
También puede acompañarse la leche frita con un poco de salsa inglesa o incluso salsa de chocolate.