A pesar de estar siempre activos y en un primer plano, las manos y los pies no suelen tener la atención que merecen y, con frecuencia, se convierten en delatores de la edad. Las manos están expuestas a la acción de los radicales libres y a los constantes cambios de temperatura que agreden su fino y delicado manto lipídico provocando sequedad, descamación, tirantez, arrugas y manchas. Los pies son una de las zonas más olvidadas del cuerpo y que generalmente recibe pocos cuidados, sin embargo, también sufren los cambios de temperatura, además del peso corporal durante toda la jornada. Cada día nuestros pies y manos sufren un sinfín de presiones que deterioran su aspecto y afectan a su salud y belleza natural, sin embargo, recuperar su tersura y suavidad sólo te llevará unos minutos. ¡Toma nota!
Si sólo prestamos atención al rostro, al escote y al cabello, las manos, sin piedad, delatarán la edad. Hoy, ya nadie se cree que un rostro que aparente 40 años los tenga, si las manos están teñidas de manchas y surcadas de arrugas. Lamentablemente, creerán a las manos.
Hartas de bregar y de trabajar en condiciones duras, sometidas al castigo de agentes externos como el frío, el viento y el sol, maltratadas por los detergentes y abandonadas por la hidratación, las manos se revelan y muestran su peor cara: el envejecimiento prematuro.
Tan delicadas y frágiles como el contorno de los ojos, las manos, que apenas poseen glándulas sebáceas que las protejan, necesitan hidratación y nutrición diaria para restablecer la hidratación y eliminar la tirantez, la sequedad, las descamaciones y la aparición de manchas y arrugas. Las manos son susceptibles a mostrar el paso del tiempo mediante piel fina, mate y reseca.
Es imprescindible aplicar una crema de manos durante todo el año a fin de asegurar su hidratación y prevenir su deterioro, siendo ideal elegir aquellas formulaciones con protector solar para evitar manchas. En el caso de que las manchas ya hayan aparecido, utiliza cremas específicas.
Si tus manos presentan una deshidratación notable y sientes la piel áspera, exfólialas una vez por semana y aplica después una mascarilla para devolverles su tersura. No olvides proteger tus manos con guantes en las tareas domésticas, aplicar crema de manos a diario y hacerte la manicura cada semana.
También puedes apostar por un sencillo ritual de belleza casero y natural para embellecer las manos, en 2 pasos:
Los pies, compuestos por 28 huesos, más 6.000 terminaciones nerviosas, 57 articulaciones, numerosos músculos y un sinfín de vasos sanguíneos, sufren un calvario todos los días, atrapados y encerrados bajo un calzado, que en ocasiones resulta tirano.
Además, los pies deben soportar el peso corporal y desplazarlo por terrenos ásperos y duros como el asfalto. El problema se agrava cuando se someten a la tortura de los tacones de vértigo sin apenas sujeción y con puntas estrechas.
La naturaleza dota a esta zona del cuerpo con una estructura resistente, de hecho, desde que los pies empiezan a dar sus primeros pasos, se acostumbran a trabajar encerrados, sin embargo, para mantener unos pies sanos, bonitos y lucirlos sin complejos, es preciso mimarlos.
Lo mejor, tras una larga y ardua jornada, es un baño de agua templada con sal común o aceites esenciales. A continuación, intercalar duchas de agua caliente y fría y terminar el proceso con vaselina o una buena capa de crema hidratante y nutritiva. Mejor si es específica para los pies, con el fin de evitar la deshidratación y compensar su déficit de grasa.
Además, camina descalza durante un rato sobre la hierba, la arena o incluso en casa. Antonio Tovar, cirujano y traumatólogo, aconseja “dar paseos con los pies descalzos por la orilla de mar para estimular los puntos reflejos de la planta de los pies y la circulación de retorno".
Te recomendamos apostar por un sencillo ritual de belleza casero y natural para embellecer los pies, en 3 pasos:
Otro de los problemas de los pies es la sudoración y para combatirla hay que utilizar desodorantes con activos antifúngicos y antibacterianos. Como truco casero, se puede recurrir a los polvos de talco para absorber la humedad del sudor.
Además de la higiene diaria, una vez a la semana o cada 15 días, según la rapidez de crecimiento, se deben de cortar las uñas, con forma recta, y limarlas con una lima de cartón para evitar la aparición de los uñeros (uñas encarnadas). Los exfoliantes son muy útiles para eliminar las pequeñas durezas.
Siempre que existan durezas, callos, ojos de gallo o juanetes se precisa la atención del podólogo. La experta en belleza Felicidad Carrera explica que "los problemas más frecuentes de la piel de los pies son la sequedad, las durezas, los callos y la deshidratación" y aconseja "masajes específicos, reflexoterapia y quiromasajes para preservar la belleza y la salud de los pies".
Con el buen tiempo se debe estar más alerta, ya que el cambio de calzado conlleva que a los problemas comunes se les sumen las ampollas y las rozaduras.