Llega la Navidad y con ella, las interminables comilonas familiares y los excesos, esos que después nos dan un buen susto en la báscula. Por eso te proponemos que te cuides antes de sumergirte en el caos de las próximas fiestas. La clave para llegar perfecta a Navidad no es otra que ser disciplinada y apuntarte unos sencillos consejos que te ayudarán a adelgazar sin sufrir.
Para llegar perfecta a las fiestas y además afrontarlas sin “pecar” más de la cuenta, Graciela Moreira, experta en nutrición y cocina, afirma que “no es aconsejable llevar una dieta rigurosa unos días previos a las fiestas, para luego consumir alimentos sin control. No solo perderemos lo logrado sino que ayudaremos al efecto rebote, recuperaremos lo perdido y más”. Según Graciela “es mucho más efectivo cuidarnos antes y bajar el tamaño de las porciones que habitualmente ingerimos”.
Toma nota de los consejos que nos amplía la experta para llegar perfecta a la Navidad, no solo con algunos kilos menos, también con buenos hábitos adquiridos que se podrán mantener durante todo el año:
Como primera medida, reduce 100 calorías diarias, resulta tan sencillo como eliminar 50 gramos de pan, 5 galletas o poner una cucharadita menos de mayonesa en la ensalada, ¡así de fácil!
Realiza las tres comidas básicas y dos tentempiés. Conseguirás mantener tu metabolismo activo y te ayudará a quemar calorías. Además está demostrado que llevando una ingesta de alimentos regular (cada 3-4 horas) tendrás más sensación de saciedad y evitarás el picoteo entre horas.
Es fundamental beber aproximadamente 2 litros de agua al día para mantener hidratados nuestros órganos y tejidos. Beber agua da sensación de saciedad y al mismo tiempo ayuda a desintoxicar el organismo.
El aceite de oliva virgen es la mejor grasa recomendada. No obstante, eso no significa que se deba abusar, pues aumenta el valor calórico de la dieta. Se aconsejan unas 3-4 cucharadas soperas al día. Limita el consumo de alimentos que contienen grasas animales como carnes rojas, quesos muy curados, mantequilla, embutidos, repostería…
Si sueles comer en restaurantes, intenta compartir la comida y el postre para consumir menos calorías. Cuando estés en casa, sírvete los alimentos en platos medianos.
Es importante que cocines con poca sal, ya que ésta provoca la temida retención de líquidos. Condimentos como el limón, la pimienta o el hinojo darán un toque especial a tus platos y te harán olvidarte por completo de la sal. Además, evita las bebidas con gas y apúntate a beber dos litros de agua al día para eliminar toxinas y favorecer que tu intestino funcione como un reloj, garantizándote un vientre plano.
Los azúcares solo aportan calorías vacías, no contienen nutrientes. Reemplaza el azúcar por edulcorantes o aún mejor, acostúmbrate poco a poco a no endulzar las bebidas o comidas. También los alimentos dulces como la pastelería o repostería en general aportan azúcares y grasas no recomendadas. Por ejemplo, sustituye el chocolate con leche y frutos secos, por un chocolate negro con más del 75% de cacao.
Aportan vitaminas, minerales y fibra para asegurar un buen tránsito intestinal y fortalecer tus defensas. Las verduras son muy saciantes, tienen muy pocas calorías y nada de grasa. Asa las verduras en su jugo, hasta que estén blandas, para que suelten sus nutrientes, que aliviarán tus ganas de comer dulce. Y pélalas para evitar la hinchazón. Elige aliños o vinagretas con poco aceite y muchas especias que darán más sabor a las verduras.
Olvídate de las frutas en las comidas principales, pues el azúcar que poseen es mejor digerirlo a mitad de mañana o a mitad de tarde. Así lo recomiendan la mayoría de los nutricionistas y así lo vemos en las mejores dietas para adelgazar. Si las tomas después de la comida, suman sus azúcares, que al ser de absorción rápida, se transforman inmediatamente en grasa por la subida de insulina. Sin embargo, antes de las comidas tienen efecto saciante, por su alto contenido en agua y fibra y, además, reducen el apetito. De esta manera, si con una pieza de fruta antes de las comidas consigues que el plato principal sea menos copioso, estarás haciendo un gran trabajo.
Procura que tu alimentación tenga como base las verduras, frutas, carnes blancas (ave, pavo, conejo, pescado), cereales, legumbres y lácteos desnatados.
Está demostrado que cuando comemos y nos distraemos con otra actividad no mantenemos el control de lo que ingerimos. El ver lo que comemos nos ayuda a saciarnos. Como dice el dicho popular: “la comida también entra por los ojos”.
Las técnicas de relajación son muy útiles para combatir la ansiedad y el estrés diario, apuesta por ellas y no olvides el ejercicio: un paseo de media hora diaria te ayudará a mantenerte en forma. El ejercicio es siempre sinónimo de salud, no solo nos mantiene en forma sino que ayuda a mantener tanto los niveles de azúcar como de colesterol, más controlados. Además, la actividad física ayuda a liberar endorfinas, neurotransmisores del placer, por eso nos sentimos tan bien después de hacer deporte. Asegúrate de practicar a diario 30 minutos de ejercicio moderado o caminata.
Algunos alimentos ejercerán un efecto desintoxicante y saciante, siendo ideales en el plan para lucir tu mejor figura las próximas fiestas, ¡fíchalos e incorpóralos a tu dieta!