23 "tips" para cuidar tu dieta y lucir figura en Navidad
¿Sabías que cada una de las comidas de Navidad supone unas 1.000 calorías de media? Ficha estos "tips" para evitar excesos, cuidar tu dieta y lucir figura en Navidad.
Las fiestas navideñas están cargadas de encuentros y comidas con familiares y amigos. La que se supone que debería ser una época de tranquilidad acaba convirtiéndose, para muchos, en un estrés continuo por ser el perfecto anfitrión, atender las múltiples citas convocadas, y lograr mantener la línea entre menús de lo más variados y abundantes.
Pero, ¿de dónde surge esa ansia por comer tanto en plena Navidad? Los profesionales coinciden en que el ansia por comer en las celebraciones navideñas tiene en gran parte una causa social, ya que la ilusión y el entusiasmo por reunir a la familia y a los amigos implica que se quiera compartir un momento de abundancia basado en el placer, lo que se convierte en un exceso en el consumo de comida y bebida. Además, "es propio de este período consumir menús más variados y alimentos con más calorías, como polvorones, mantecados, asados, patés, quesos y productos tradicionales" señala la nutricionista Carolina González.
De cara a las celebraciones que tienen lugar cada año en Navidad, ficha estos tips tan sencillos como eficaces que te permitirán disfrutar de estas comidas y cenas de manera más saludable ¡y sin engordar!
Elige una ensalada para empezar.
Asegúrate de añadir vegetales en cualquier comida, especialmente en las más densas, ya que nos ayudarán a saciarnos con menos calorías. Por ejemplo, brochetas de cherry con albahaca y perlas de mozzarella o una ensalada de canónigos, tomate, aguacate y salmón ahumado. La clave está en sorprender a la familia con algo diferente y ligero.
Evita los picoteos, es preferible servir las raciones.
Al elegir el embutido, es mejor optar por jamón ibérico en vez de por otros más grasos como el chorizo.
Incluye verduras en los canapés.
Come marisco de forma moderada.
Controla el exceso de sal.
Prioriza el uso del aceite para cocinar -antes que la mantequilla- y en poca cantidad.
No comas fritos ni otras preparaciones culinarias pesadas, prefiriendo aquellas ligeras (plancha, hervidos, vapor…).
Como plato principal apuesta por el pescado al horno porque tiene menos grasa. Si se escoge la carne, elige las piezas más magras y evita los guisos y las salsas. Es mejor optar por carne de ave (pollo, pavo, capón) que de cerdo o cordero.
Para una crema o puré no es necesario usar mantequilla, se puede reemplazar por caldo de verduras o pollo, leche desnatada o yogur natural. Si se necesita el toque de un cuerpo graso, se pueden añadir unas gotas de aceite de oliva que ofrece grasas más saludables que la mantequilla.
En las salsas, reemplaza la mantequilla o la nata por la leche evaporada, una solución ideal para reducir grasas y calorías.
La carne al horno se cocina de un modo más ligero, ya que se evita añadir aceite y se guisa en los propios jugos.
Sírvete en tu propio plato. Es una manera de controlar tu ingesta, ¡así que evita picar de una fuente!
Como postre, apuesta por frutas, macedonias, gelatinas y sorbetes. También puedes apostar por unas deliciosas fresas con chocolate negro o por la fruta asada, un postre ligero y sabroso. No es preciso añadir azúcar, pues la fructosa de la fruta se encargará de endulzarlo.
Masticar despacio. Comer rápido hace que no que no percibamos que nuestro estómago se está llenando e ingerimos mayor cantidad de comida que si masticásemos despacio disfrutando de lo que comemos. Un truco para ello es soltar los cubiertos entre bocado y bocado.
Bebe mucho agua y si bebes vino, controla la cantidad.
Modera las bebidas alcohólicas y procura abstenerte de su consumo entre las grandes comidas. Limita el alcohol lo máximo posible a días festivos. Incluye un vaso de agua entre copa y copa de vino.
Finaliza la comida con una infusión depurativa como té verde, té rojo o diente de león. Además, la tradicional manzanilla o el poleo-menta te ayudarán a hacer la digestión, evitar los gases y también contribuirán a reducir la retención de líquidos.
Lleva una alimentación ligera los días no festivos. Incluye cremas de verduras, sopas y ensaladas. No olvides tomar también 3 piezas de fruta diarias.
Sal con la familia a pasear por los mercados navideños, especialmente después de una comida copiosa, y evita unir el almuerzo, el postre y la merienda.
Si vas a tener una comida importante, como la de Nochebuena, la de Navidad, o la de Nochevieja, procura hacer ejercicio por la mañana en ese día.
Cuando te tomes un capricho, sé consciente del momento y concéntrate en disfrutarlo.