No solo la astenia y las alergias son protagonistas en primavera, también lo son los primeros rayos de sol que deben servir para ir adaptando poco a poco la piel a esta nueva situación tras el invierno.
El popular refrán “somos lo que comemos” es tan acertado como que en verano la protección solar es necesaria e insustituible. Una alimentación equilibrada que incluya los alimentos adecuados influye mucho más de lo que crees a la hora de lucir un bronceado perfecto y una piel cuidada, ya que nuestra piel es el órgano más grande del cuerpo y el primero en reflejar cualquier desequilibrio o problema en el organismo.
Con la llegada del verano, la piel se ve expuesta a diferentes agentes externos que pueden perjudicarla: la incidencia de los rayos solares, la sudoración excesiva e incluso la alimentación durante las vacaciones de verano.
Independientemente de que la piel sea más o menos clara, es una buena opción empezar a consumir determinados alimentos durante la primavera y preparar así la piel desde dentro además de la cosmética que pueda utilizarse. Y es que llegar al verano con la piel preparada va a facilitar el proceso del bronceado cuando llegue el momento.
La doctora María Amaro, especialista en nutrición, aconseja llegada la primavera “ingerir una serie de alimentos que por su composición favorecen la producción de melanina y aportan elevados contenidos de vitamina E, encargada de ayudar también en este campo. El consumo de los mismos sirven para poder prepararnos mejor de cara al sol”.
Repasamos, con la ayuda de los expertos de Kaiku Sin Lactosa, los principales alimentos que debes incluir en tu dieta veraniega para lucir una piel radiante y que, además, son ideales para mantener la figura. ¡Obtendrás un doble beneficio!
Uno de los principales objetivos del verano es conseguir el bronceado perfecto. Para lograrlo, no sólo intervienen las horas de exposición al sol, sino que es importante una preparación previa de la piel basada en la alimentación. ¿Cuáles son los alimentos para una piel tornasolada? Las zanahorias y melocotones son ricos en betacarotenos, una proteína que aporta color a la piel de forma natural. Toma dos o tres piezas de esta verdura y fruta a la semana unas semanas antes de la exposición solar para preparar la piel y no dejes de consumirlas durante el verano para fijar el bronceado.
Dos son los pasos importantes durante unas vacaciones de verano; el primero, protegerse del sol y el segundo, evitar las posibles quemaduras de la piel. En ese punto entran en juego los carotenoides, un tipo de antioxidantes que pueden neutralizar la incidencia de los radicales libres procedentes de los rayos solares. Evitan el deterioro celular de la piel y la desinflaman. Alimentos como los tomates, el salmón y las gambas son ricos en carotenoides, así que asegúrate de incluirlos en tu cesta de la compra veraniega.
Las comidas muy procesadas y con un alto contenido en sal hacen que la piel, además de verse hinchada, se vuelva más seca. Para tener una piel jugosa este verano, decántate por alimentos ricos en omega-3, antioxidantes y sílice: pescados como el salmón o el atún, el aguacate o el pepino. Estos alimentos aportan elasticidad e hidratan la piel de forma natural, además, tienen un alto poder saciante, con lo que reducen el apetito y mejoran la digestión.
Las espinacas son desconocidas en este campo, pero gracias al alto contenido en betacaroteno esta verdura fomenta y prolonga el bronceado durante más tiempo. Así que además de recomendarlo para cualquier dieta es un alimento que cumple con la función de prepararnos para el sol. Por su parte, la manzana es una de las frutas que más ayuda en la fijación del bronceado. Cuenta también con cualidades saciantes, anticatarrales, antiinflamatorias...
Una de las principales consecuencias de una exposición solar prolongada es sin duda la aceleración del envejecimiento de la piel. Los rayos UVA son la primera causa de arrugas, manchas y pérdida de elasticidad de la piel. Protegerse con factor 50 se hace indispensable, así como controlar lo que comemos. Consumir naranjas y kiwis, cargados de vitamina C que ayudan a producir colágeno, así como carbohidratos complejos como la avena, ralentizarán el paso del tiempo en tu piel.
El uso continuado de cremas y lociones protectoras e hidratantes, así como el aumento de la sudoración debido al calor, son el cóctel perfecto para la aparición de los temidos granitos en verano. El conocido como “bacné” o acné en la espalda se intensifica en verano, con lo que es importante prevenir su aparición con los siguientes hábitos: secar siempre la pie con una toalla limpia, aplicar productos libres de aceites, e incrementar los alimentos antioxidantes como la sandía y los tomates, puesto que ayudan a prevenir imperfecciones en la piel. Además, las almendras tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir las rojeces y el acné.
Por último, no olvides la hidratación, esencial si se quiere mantener una piel tersa y bronceada. El agua no sólo se encuentra en el grifo, también los zumos de frutas poseen un alto contenido en agua que además de ayudar con la hidratación favorecen el bronceado natural.
Zanahorias, tomates, salmón, atún, gambas, aguacates y frutas como la sandía, el melocotón, kiwi y naranja, son capaces de proteger tu piel y ayudarte a lucir un bronceado perfecto.
Incluye zanahorias en tu menú veraniego. Su riqueza en betacarotenos broncea la piel de forma natural.
Alimentos como los tomates, el salmón y las gambas son ricos en carotenoides, un tipo de antioxidantes que pueden neutralizar la incidencia de los radicales libres procedentes de los rayos solares. Evitan el deterioro celular de la piel y la desinflaman.
Para tener una piel jugosa este verano, decántate por alimentos ricos en omega-3, antioxidantes y sílice: pescados como el salmón o el atún, el aguacate o el pepino.
Consumir naranjas y kiwis, cargados de vitamina C que ayudan a producir colágeno, así como carbohidratos complejos como la avena, ralentizarán el paso del tiempo en tu piel.
Para combatir el acné veraniego, incorpora a tu dieta alimentos antioxidantes como la sandía y los tomates, puesto que ayudan a prevenir imperfecciones en la piel.
Las espinacas, por su riqueza en betacaroteno, prolongan el bronceado. Por su parte, la manzana es una de las frutas que más ayuda en la fijación del bronceado.