Considerado uno de los diez alimentos más sanos del mundo, el kimchi es un plato fermentado con la col china como protagonista, originario de Corea y con numerosos beneficios para nuestra salud, como buen probiótico vegetal cada vez más presente en nuestras cocinas.
Como todos los alimentos fermentados, el kimchi juega un papel muy importante en nuestra salud intestinal, desintoxicando el hígado gracias a sus bioquímicos y fortaleciendo el sistema inmunológico, además de otras propiedades antioxidantes, de aporte vitamínico e incluso como reductor del colesterol.
Proveniente de Corea (del Norte y del Sur), donde su consumo es una auténtica religión, se suele preparar de cara a los meses fríos como los que vivimos en España en estos momentos, mezclando y cortando verduras y hortalizas en su elaboración, sumando aún más vitaminas y minerales.
En restaurantes, el kimchi forma parte de sopas, ensaladas, arroces, pastas, empanadas o bien se sirve como acompañamiento o base de un pescado, y en algunos supermercados lo vemos incluso en salsas, es tan versátil que no desentona en casi ningún plato.
El kimchi, que se diferencia del chucrut en el proceso de elaboración y la cantidad de sal utilizada, puede hacerse con decenas de vegetales, casi siempre nabo, col, ajo, cebollas, zanahorias, rábanos o pepinos, siendo su olor bastante fuerte así como su sabor, salado, ácido y picante en ocasiones.
Entre las principales propiedades del kimchi está la de ser una eficaz y saludable solución contra el estreñimiento, ayudándonos a evacuar y limpiar los intestinos gracias a su ácido láctico.
Algunos científicos han apuntado también a que puede prevenir el cáncer de estómago, pero es en los procesos digestivos donde ejerce sus funciones más interesantes, empezando por que nos ayuda a abrir el apetito.
El kimchi contiene además proteínas, carbohidratos, calcio y vitaminas de los grupos A, B1 y B2.