Escoger unos membrillos amarillos y sanos, ponerlos a cocer en una cacerola con abundante agua.
Una vez la piel comienza a agrietarse y están tiernos, se sacan del agua, se pelan y se trocean. Pasarlos por un pasapurés y pesar la pulpa obtenida para añadir el mismo peso de azúcar.
A continuación en una cazuela se añade la pulpa de membrillo con el azúcar y se deja cocer a fuego suave durante 25 minutos aproximadamente removiendo continuamente para evitar que se pegue al fondo.
Comprobar el punto echando un poquito en un plato, si cuaja enseguida, se retira del fuego y se llenan unos moldes. Dejar enfriar.
Una vez fría la carne de membrillo se desmolda y estará lista para consumir.