Llevar una alimentación saludable y equilibrada es de suma importancia, como también lo es vivir lo más relajadamente posible.
Entre todos los factores que nos ayudan a engordar, el estrés es uno de los culpables. Existe cada vez más evidencia de que el estrés juega un papel clave en el aumento de peso. Muchas de nosotras podemos vivir en ocasiones o temporadas, un estado de ansiedad permanente y constante que provoca que nuestro cuerpo se rebele y actúe ante situaciones que no son realmente peligrosas. Esto desencadena en nuestro organismo una serie de procesos que hacen que nuestro cuerpo suba alguna que otra talla sin apenas darnos cuenta. ¿Por qué?
Aunque podamos pensar que ese aumento de peso se da por el refugio de la ansiedad en la comida, la cual ayuda a que nos calmemos ante situaciones que se nos escapan un poco de las manos, lo cierto es que nuestro metabolismo pone en marcha su propio sistema y se vuelve más resistente a la insulina. Esta resistencia es la causante de que aumentemos de peso.
Los altos niveles de hormonas de estrés que circulan en el organismo tienen efectos perjudiciales, así, cuando el cortisol entra en el torrente sanguíneo nos volvemos más sensibles a la leptina, la hormona encargada de hacernos saber cuándo tenemos que dejar de comer. Es en ese momento, cuando tu cuerpo empieza a desear más azúcar y el apetito aumenta de forma descontrolada. Así, el estrés crónico interrumpe nuestro sueño y desequilibra los niveles de azúcar en la sangre. Esto conduce a un aumento del apetito y a que comer se transforme en un escape emocional. Cuando en el organismo se disparan los niveles de cortisol, puede incluso llegar a destruir tejidos, proteínas musculares o ácidos grasos, además de cerrar la entrada de glucosa a otros tejidos. Alimentos que te ponen de buen humor y te sacan una sonrisa
Los especialistas en el tratamiento y solución del estrés dan unas series de pautas para que podamos evitar la ansiedad. Entre esos consejos se encuentran los de vigilar nuestra alimentación y adquirir autocontrol, así, recomiendan que, cada vez que comamos nos centremos al cien por cien en la actividad de comer, haciéndolo pausadamente y sin distracciones, evitando cualquier tipo de actividad que pueda distraer nuestra atención, como ver la televisión, usar el teléfono o el ordenador, entre otros.
Otro de los consejos que nos ayudarán a reducir nuestra ansiedad es el de comer sentado. Siéntate siempre a la mesa y no comas de pie ni caminando. También debes tener muy en cuenta la porción que debes servirte, así como el disfrute de los sabores, las texturas y los aromas. Masticar adecuadamente es otro de los consejos que debemos seguir para lograr reducir los niveles de ansiedad, pues nos ayudará a saciarnos y a evitar comer más de la cuenta. Realizar ejercicio físico así como practicar técnicas de relajación, también ayudará a que el estrés se diluya.
No lo olvides, si quieres evitar los estragos del estrés en tu cuerpo, y en especial en tu peso, una buena solución es reír, practicar algún deporte o rodearte de tus seres queridos.