¿Por qué el sol daña el cabello? Así debes proteger el color y la salud de tu pelo en verano

El sol es uno de los factores externos que más afectan al cabello y a su coloración, tanto a cabellos naturales como teñidos o canos. Los rayos del sol deshidratan el cabello mostrando un pelo áspero y opaco. Conoce los efectos que produce el astro rey en el color y la salud y belleza del cabello, y descubre qué puedes hacer para mantenerlo sano y bonito toda la temporada. ¡Defiende a tu melena de los rigores veraniegos con unos sencillos consejos!

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Cuando llega el verano es frecuente que se nos advierta sobre la importancia de proteger correctamente la piel del sol, a fin de evitar quemaduras solares y otras consecuencias graves como el melanoma. Sin embargo, tan importante es cuidar de la piel como del cabello, el gran olvidado en estos casos pero que, igual que la piel, sufre los efectos del verano, sobre todo por la acción del sol, el cloro, la sal y la arena.

La temporada veraniega es una de las épocas más difíciles para mantener el cabello sano y a salvo. Y es que los rayos solares penetran en las cutículas del pelo y debilitan los folículos pilosos, provocando una deshidratación del cabello que modifica su propia estructura. La falta de agua daña la capa hidrolipídica, rompiendo la melena y mostrando un cabello áspero, opaco y seco.

Marta Moreno, experta en Dermocosmética, nos cuenta que "durante el verano, el cabello se vuelve más seco y quebradizo. Del mismo modo, las puntas se abren y se reduce su brillo. Por eso, es importante mantenerlo protegido y cuidado, igual que la piel, y si ya está dañado, repararlo cuanto antes".

Respecto a lo anterior, hay que tener en cuenta que la exposición al sol también es diferente si estamos en la playa o en la ciudad. El mar contiene salitre, que son pequeños cristales que hacen efecto lupa atrayendo los rayos solares. El viento, por su parte, al tratarse de aire caliente que arrastra diferentes partículas, produce mayor sequedad. Y los minerales marinos que contiene la arena producen oxidación y una destrucción progresiva del cabello.

Como nos apuntan los expertos de Medical Hair, el cabello necesita entre el 15 y el 17% de agua para mantenerse hidratado, siendo diferente la forma en la que incide el sol dependiendo del tipo de cabello. Aquellos cabellos rizados suelen tener mayor grosor, por lo que la deshidratación se produce en un periodo de tiempo más amplio que en un pelo liso, que suele ser más fino y se ve alterado rápidamente.

Ante los "horrores" a los que se ve sometido el cabello en verano, es vital prevenir los efectos de los rayos UV en la salud capilar, siendo lo más efectivo cubrir la cabeza, pues es la mejor barrera existente. Además, los cabellos coloreados o tratados deben prepararse antes de exponerse al sol con protección solar alta para evitar que se modifique su color o su forma. Es muy común ver cómo el color del pelo se aclara, en los cabellos de color natural, o incluso cambia ligeramente de tonalidad, en algunos cabellos teñidos.

Agencias

¿Puede el sol definir o cambiar el color de nuestro cabello?

El color del pelo viene determinado genéticamente a través de un pigmento llamado melanina que se origina en unas células (melanocitos) que forman la papila del cabello. "Estos melanocitos están activos únicamente durante la fase de crecimiento del cabello", comenta el Dr. Germán Delgado "y luego se distribuyen a lo largo de la corteza del tallo capilar".

En función de la mezcla de los diferentes tipos de melanina (eumalina, feomelanina y tricocroma) el cabello será más oscuro (negro o castaño), amarillo (rubios) o rojo (pelirrojos).

"La pigmentación del cabello puede verse modificada por otros factores, además de los genéticos, como la edad, las hormonas o factores externos", asegura el Dr. Delgado. "La radiación solar es uno de los factores externos que más puede afectar a la estructura y a la coloración del cabello, por lo que debemos prestar especial atención a nuestro cabello durante la primavera y el verano, cuando esta radiación es más intensa y prolongada".

La radiación solar, junto con el oxígeno del aire, producen la oxidación de los gránulos de melanina en la zona de la corteza del pelo. Esto provoca, en los cabellos de color natural, que se puedan aclarar, lo conocido como reflejos naturales.

"Cuanto menos intensa es la coloración natural del cabello, debido al uso de tintes, mechas etc., más susceptible es de padecer cambios de coloración tras la exposición solar", comenta el experto. "Estudios realizados sobre el cabello cano demuestran que también éste puede sufrir cambios de coloración derivados de la exposición solar, adquiriendo un tinte amarillento cuanto más prolongada e intensa es la exposición solar", asegura el doctor Delgado.

Por otra parte, el cabello no sólo va a sufrir cambios en su coloración, sino que estos cambios también pueden afectar a su estructura proteica. El espectro de luz solar está constituido por irradiación ultravioleta tipo A (UVA) y tipo B (UVB). "Se ha demostrado que los efectos nocivos de la irradiación UVB pueden llegar a ser de 2 a 5 veces superiores que la irradiación UVA aislada. La pérdida de estructura proteica va a condicionar unos cambios en sus propiedades mecánicas, por lo que el cabello se puede volver más frágil y quebradizo. Todos estos cambios son más acentuados todavía cuando se trata de cabello previamente teñido", comenta el experto.

¿Cómo proteger el cabello y su color del sol?

Del mismo modo que hacemos con la piel, especialmente en verano, también debemos proteger el cabello del sol. Los consejos esenciales son:

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  1. Utiliza un protector para evitar que el sol reseque y vuelva quebradizo el cabello, y para proteger su color, emplea mascarillas nutritivas que mantengan en todo momento hidratada la fibra capilar.
  2. Durante todo el año, pero más en primavera y verano, es recomendable el uso de tintes vegetales. Una coloración vegetal daña menos el cabello y se mantiene en mejores condiciones frente a factores externos como el sol o el salitre.
  3. El uso de sombreros, pañuelos o cualquier otro complemento que pueda proteger al cabello de la exposición directa al sol, es muy recomendable.
  4. Además, se recomienda emplear un champú nutritivo, combinado con el de uso más habitual con el fin de ayudar a recuperar el brillo y la hidratación al cabello, así como evitar abusar de secadores y planchas en esta época del año en la que el pelo es mucho más vulnerable.

Actualmente se pueden encontrar productos específicos para el cuidado del cabello como sprays protectores, champús con filtro solar y mascarillas nutritivas. Éstos serán tus aliados en la hidratación y nutrición de la melena durante el verano. Además, pueden encontrarse tanto para adultos, como para los más pequeños, que requieren una protección aún mayor.

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Los protectores se deben aplicar por todo el cabello antes de cada exposición solar, y renovarlos después de cada baño. "Para mayor seguridad", nos comenta Marta Moreno, "podemos utilizar también complementos de moda como los sombreros, los pañuelos o los turbantes".

Además, se recomienda aplicar algún aceite solar una vez a la semana y dejarlo actuar toda la noche de forma que fortalecerá el pelo y lo hará más resistente a la exposición solar del día siguiente.

Después del sol y el agua, también es recomendable aclarar el pelo con agua tibia o fría, para eliminar los restos de sal y arena, aplicando, después del lavado, mascarillas hidratantes o reparadoras. Existen algunas específicas after-sun que pueden ayudarte en tu particular "operación pelo sano y protegido".

Estos consejos son fundamentales para cuidar y proteger el cabello de cualquier persona pero, sobre todo, para aquellas con piel y cuero cabelludo sensible, y para aquellas que han sometido al cabello a tratamientos químicos, como los tintes, ya que resecan mucho el cabello y, sumado a los efectos del verano, al terminar la temporada puedes arriesgarte a lucir una melena quebradiza, reseca, sin brillo y poco saludable.

Dieta capilar veraniega

Pero no solo debes proteger y nutrir el cabello por fuera, es de vital importancia hacerlo desde dentro mediante una dieta y hábitos de vida enfocados a mantener el cabello fuerte, sano y brillante. Como nos explica la experta "no hay duda de que la alimentación influye notablemente en nuestro cuerpo afectando a la salud de nuestro cabello". Alimentos con alto contenido en hierro, potasio, omega 3, azufre y ácido fólico están indicados para mantener el brillo y la fuerza del pelo. En este sentido, actúan beneficiosamente los pescados, las nueces, las verduras, la fruta, las legumbres o los cereales.

Tras los meses veraniegos, lo importante es recuperar el agua perdida aplicando productos capilares adecuados para devolver al cabello su elasticidad y humedad natural. Lo ideal es utilizar champús sin parabenos ni sulfatos, además de lavar el cabello con agua templada, reducir el uso del secador y las planchas. También ayudará seguir llevando una dieta equilibrada rica en proteínas con alto valor biológico, frutas, verduras y legumbres.

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