Para adelgazar debes sincronizar tu reloj, al menos, si sigues la "dieta de las 8 horas" de David Zinczenco, creador del libro del mismo nombre. Y es que esta dieta consiste en comer durante 8 horas y ayunar el resto del día (16 horas). Lo mejor del plan es que permite el consumo de alimentos sin límite de cantidad y sin pesar raciones, pero sí invita a que la comida elegida sea lo más saludable posible.
Siguiendo la rutina de la "dieta de las 8 horas", el autor propone comer entre las 9:00 y las 17:00 y a partir de esa hora ayunar. Además, Zinczenco recomienda beber un gran vaso de agua nada más levantarse y caminar, correr o realizar alguna actividad aeróbica a tu elección durante algunos minutos para acelerar el metabolismo.
Lo cierto es que el ayuno se practica desde la antigüedad en algunas religiones y culturas, sin embargo, ha ganado muchos adeptos últimamente por ser práctica habitual de celebrities y por sus beneficios para la salud, entre ellos, la ansiada pérdida de peso. El ayuno, habitualmente, se ha limitado a la franja horaria que va desde la cena hasta el desayuno del día siguiente, pero, en el caso del ayuno intermitente, se propone ampliar el rango de horas de no ingesta, siendo una de las fórmulas más recomendadas la de ocho horas comiendo y dieciséis horas sin comer porque, con ese tiempo de ayuno tan elevado, el cuerpo entra en cetosis y empieza a quemar las grasas ante su propia necesidad de glucosa para obtener energía.
Según David Zinczenco, las clave para perder peso son los denominados alimentos "quemagrasa", presentes en las proteínas de huevos y carnes magras, lácteos desnatados y semillas y granos (nueces y almendras), que contienen nutrientes esenciales, tales como vitaminas y minerales que le darán a tu cuerpo la energía que necesita.
El autor también destaca los "superalimentos" como las frutas, verduras y frutos secos, que protegen el corazón, son antioxidantes y regulan el colesterol.
Además, durante las horas de ayuno se deben tomar líquidos como agua, café solo (sin azúcar y sin leche), té e infusiones sin endulzar o caldo de verduras filtrado.