Disfrutar del sol, la arena y refrescantes chapuzones en el mar son una de las propuestas para las vacaciones veraniegas más atractivas y deseadas, ya que nos ofrecen la posibilidad de descansar, relajarnos y lucir un favorecedor bronceado. Pero además, el agua del mar ofrece un sinfín de beneficios, incrementando la salud y belleza notablemente. ¡Descúbrelos!
¿Qué tiene la playa que es tan atractiva? Desde el momento en que se inventó la escritura, se describieron los encantos del mar. Tal vez sea la cálida luz del sol, la risa de los niños, las hermosas conchas o incluso las infinitas posibilidades de un vasto mar que se extiende hasta el horizonte. Pero una cosa es segura: los seres humanos se sienten atraídos por el océano.
Mucho antes de que la playa fuera un imán para tomar el sol, los médicos creían que el océano tenía propiedades curativas como aumentar la circulación sanguínea. Los médicos prescribían viajes a la orilla del mar o visitas a "hospitales de baño", clínicas especiales que ofrecían tratamientos de baño de agua de mar, ya en el siglo XVIII. Estudios científicos recientes confirman que la proximidad al mar puede mejorar la salud mental y física al reducir el estrés y mejorar la respiración. Los investigadores descubrieron que cuanto más “espacio azul” veía la gente en su vida cotidiana, menos angustia y ansiedad experimentaban. Se han hecho también estudios en clínicas dentales y se ha comprobado que los pacientes que tenían delante una vista del mar sentían menos dolor que los que, simplemente, miraban la consulta médica. Ese puede ser un efecto sugestivo, pero hay otros más evidentes, ¡toma nota!
El primer beneficio de ir a la playa es aliviar el estrés. Tanto el sol como las olas combinadas trabajan para relajar completamente el cuerpo, liberarlo de sus dolores y apaciguar el estrés diario. No solo se libera serotonina casi de inmediato cuando se llega a la playa (la serotonina es una hormona clave para la relajación y la felicidad), sino que el sonido y las imágenes de la playa y el océano son relajantes y aportan paz. Los efectos calmantes del sonido de las olas a menudo se eligen para las máquinas para dormir. Además, la terapia de luz es algo prescrito por médicos y terapeutas para ayudar al paciente a combatir la ansiedad y el estrés.
Después de unas pocas horas en la playa, uno de los mayores beneficios que experimentarás es una noche de sueño maravilloso. Para quienes padecen insomnio y buscan un remedio natural, la playa es una recomendación definitiva, porque la playa ayuda a aliviar tres factores clave que inhiben el sueño: altos niveles de estrés y ansiedad, falta de fatiga física y desequilibrios hormonales. En la playa no solo te sientes inmediatamente relajado al pisar la arena, sino que también se hace un gran ejercicio con solo caminar sobre ella. Además, el sol y la disminución de los niveles de estrés ayudan de inmediato a regular las hormonas, lo que hace que sea mucho más fácil esa noche disfrutar de un sueño tranquilo y profundo. El sonido relajante de las olas cambia los patrones en el cerebro y puede ayudar a una relajación profunda, ayudando a rejuvenecer mente y cuerpo.
Una de las vitaminas más esenciales en la dieta es la vitamina D; sin embargo, muy poco de ella se absorbe a través del consumo de alimentos. Es posible que bebamos leche enriquecida con vitamina D, pero no suele ser suficiente para mantener unos niveles óptimos. Afortunadamente, pasar solo 10 minutos al aire libre puede permitir que una persona absorba su dosis diaria de vitamina D directamente a través de su piel.
Muchos hemos experimentado un cierto dolor cuando una herida abierta se expone al agua salada. Afortunadamente, ese dolor es una señal de que el agua está limpiando la herida. El agua salada tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas únicas que la hacen excelente para infecciones externas y también ayuda a las infecciones internas. El yodo en el agua de mar es un fantástico refuerzo del sistema inmunológico. No solo es altamente antiséptico (se usa en hospitales y cirugías de forma habitual), sino que ayuda a mejorar la función de la glándula tiroides que, a su vez, aumenta el sistema inmunológico.
La playa ofrece un sinfín de oportunidades para hacer ejercicio. Ya sea que se esté buscando perder peso, mantenerse en forma o incluso deshacerse de un poco de energía acumulada, el mejor lugar para hacerlo es la playa, ya que ofrece muchas posibilidades. Se puede entrar en el agua y surfear o nadar, jugar con palas o raquetas o construir castillos de arena con los más pequeños, nunca faltan actividades saludables para disfrutar en la playa, o incluso puedes quedarte en la playa y caminar recolectando conchas. Sorprendentemente, caminar sobre la arena es bastante difícil y se utilizan más músculos que al caminar sobre el pavimento normal, incluso más si lo haces sin zapatos y caminas con los pies descalzos. Si disfrutas de la natación, te alegrará saber que flotar en el agua ayuda a empujar la sangre hacia tu corazón y lleva más oxígeno al cerebro, lo que mejora el estado de alerta y los niveles de actividad.
El agua del mar realmente tiene un efecto increíblemente positivo en la salud general y la apariencia de la piel. Cantidades moderadas de sol pueden ayudar con problemas de la piel, incluida la psoriasis crónica. El agua de mar, además, puede ayudar a algunas afecciones de la piel como la dermatitis, una erupción alérgica. No se trata de hornearse al sol para broncearse, lo que puede ser peligroso si no se usa protector solar, nos estamos enfocando en las propiedades antibacterianas y de desintoxicación de los elementos:
Los ejercicios aeróbicos acuáticos son, con mucho, la actividad aeróbica más fácil para aquellas personas con dolor en las articulaciones, artritis o que han sufrido cirugía recientemente. Esto se debe a que el agua ofrece una gran resistencia sin ningún impacto y en realidad reduce el peso de una persona sumergida en el agua en alrededor del 90%.
La inclinación natural al inhalar profundamente cuando se llega a la playa es en realidad una respuesta automática a la calidad del aire. Las personas con asma o dificultades respiratorias encontrarán que es mucho más fácil respirar cuando están en la playa que en cualquier otro lugar. Esto se debe a que los músculos del pecho que rodean los pulmones no solo se relajan cuando una persona entra a la playa, sino que el aire en sí está cargado de iones negativos que aumentan la absorción de oxígeno en los pulmones. Los iones negativos también pueden ayudar a equilibrar los niveles de serotonina, impactando positivamente en el estado de ánimo y en los niveles de estrés.
El yodo es en realidad un suplemento que las personas toman debido a todos sus beneficios para la salud del cuerpo. Tener niveles adecuados de yodo en el organismo asegura que los niveles de energía y las tasas metabólicas sean óptimos, que el crecimiento del cabello y las uñas esté en su punto máximo y que los niveles hormonales estén regulados. Sorprendentemente, el yodo también se toma por sus propiedades anticancerígenas y por el hecho de que puede ayudar a reducir los síntomas de la enfermedad fibroquística. El yodo está naturalmente presente en el agua debido a los organismos vivos que contiene. Si bien no es posible precisar la cantidad exacta de yodo presente en el agua, este suplemento esencial se absorbe a través de la piel al nadar.