Gwyneth Paltrow fue una de sus más fieles seguidoras, en busca de la armonía emocional y espiritual gracias a los alimentos 100% ecológicos. Ese es el objetivo de la dieta macrobiótica, una alimentación sana que fortalece el sistema inmunitario y contribuye a armonizar cuerpo y mente.
Aunque suene futurista, esta dieta es de origen japonés y está basada en el principio del Ying y el Yang, pilar de la filosofía Zen. Limitando el consumo de alimentos fríos y "debilitantes" (Ying o pasivos) como el azúcar, los lácteos, la miel, los plátanos, la sandía, las ciruelas, el pan blanco o las bebidas alcohólicas, y potenciando los calientes y "tonificantes" (Yang o activos) como los cereales, vegetales y legumbres, se busca un equilibrio físico que se traduzca también en un bienestar interior.
La alimentación macrobiótica es una dieta principalmente vegetariana y más concretamente basada en los cereales integrales, que proclama los beneficios de una alimentación de cultivo biológico, por lo que algunos nutricionistas hacen hincapié en la necesidad de una revisión médica previa antes de realizarla (la carencia de proteínas puede hacerla desaconsejable para personas con desequilibrios alimenticios o con presencia de anemia o falta de hierro). También hay que decir que, en muchos casos, la dieta se ha "occidentalizado" incluyendo algunas combinaciones de alimentos para hacerla apta (y más fácil de cumplir) para un mayor número de personas.
La macrobiótica, palabra creada por el filósofo y médico japonés Georges Ohsawa a principios del siglo pasado, busca una vida más larga y mejor en las personas que siguen sus pautas alimenticias. La dieta se divide en 10 etapas o sub-dietas. En cada una de ellas se van eliminando de forma progresiva más alimentos ying (azúcar refinada, café, conservas, carnes rojas, bebidas alcohólicas, lácteos…), al tiempo que se incrementa la presencia de los yang (cereales, algas, legumbres, fruta). En la última fase la alimentación se ciñe casi exclusivamente a los cereales.
En cuanto a los puntos positivos de este estilo de vida destaca su efectividad para regular el tránsito intestinal, imprescindible para presumir de vientre plano. La clave está en los cereales integrales, pues en la dieta deben tomarse enteros, con grano. Además, se consumen muchas frutas y verduras de temporada, todas ellas de cultivo biológico. Es una dieta muy "eco" y respetuosa con el entorno que promete 5 kilos menos en un mes.
En lo que respecta a los contras, hay que rendirse a la evidencia. Se trata de una dieta desequilibrada, ya que escasean las proteínas de origen animal y puede haber riesgo de anemia en caso de llevarla a término durante mucho tiempo sin suplementación, es por ello necesario controlar los niveles de hierro periódicamente con analíticas. Además, también hay carencias de calcio e ingesta reducida de líquidos, que pueden ocasionar problemas de insuficiencia renal. Sin duda, es una dieta desaconsejada para personas que necesiten un gran aporte energético para desarrollar su actividad diaria.
Los ingredientes básicos de esta dieta y su proporción aproximada podrían ser los siguientes: sopas y líquidos (5%-10%), legumbres (5%-10%), vegetales (20%-25%) y cereales (50%-60%).
Esta dieta está pensada para eliminar de tu organismo cualquier tipo de toxina y aportarte vitalidad y bienestar. Además, si la combinas con los principios más saludables de la dieta mediterránea (no son tan dispares) puedes elaborar tu propio menú.
Algunos de los platos básicos que deberás incluir (elige de entre los que te proponemos los que más te apetezcan para las distintas comidas o cenas) son:
Todos estos platos admiten mil combinaciones, de forma que tu menú puede resultar variado y apetecible.